Durante el año pasado hubo 52.629 accidentes de trabajadores que iban desde su hogar a la empresa, o viceversa, según el informe anual de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso). La cifra es 10% más alta que 2014 y alcanzó el peak de la última década. En 2006, por ejemplo, se registraron 36.930 eventos laborales de trayecto.

«Esto es como una pandemia, se está disparando demasiado. Hay mayor conciencia y están a la baja los accidentes laborales, pero los de trayecto son un tema que no hemos podido resolver», reconoce Ernesto Evans, presidente de la Asociación de Mutuales. El número le preocupa porque de cada 10 fallecimientos en el contexto laboral, cuatro son de camino a la casa u oficina.

La última encuesta de Origen-Destino, realizada por el Ministerio de Transportes, detalla que solo en Santiago se realizan 5.984.200 viajes diarios con motivos laborales. La forma de traslado más común en un día de trabajo es la caminata, que está presente en el 34,5% de los casos. Le siguen la red de transporte público (22,6%) y el automóvil (25,7%).

Según el especialista en seguridad vial, Francisco Fresard, ir a pie es la alternativa más riesgosa de todas. «Las lesiones ocurren porque existen transbordos. De andar en un bus, que es muy seguro, la gente se baja a tomar otro servicio o para ir a su casa, y el ser peatón es el modo más inseguro que hay».

Datos de la Unión Internacional de Transporte Público, mencionados en el informe de 2014 sobre accidentes de trayecto de Guernica Consultores, destacan que los espacios viales para peatones en Santiago corresponden solo al 8% del total de la infraestructura de la ciudad. Lejos de París, Tokio y Londres, donde los rangos se mueven entre 20% y 25%.

Sin embargo, Ricardo Vásquez, director de Prevención de Riesgos de la sede de Puente Alto de Duoc UC, cree que la calidad de los espacios no es el factor clave en el alza de los accidentes de trayecto. «Las personas deben estar atentas a todas las condiciones que existen en los lugares de desplazamiento. Se puede evitar un problema si es que el trabajador está preocupado del entorno».

A su juicio, ha aumentado el número de damnificados por el creciente uso de la tecnología, pues las personas pierden el sentido de la ubicación y el espacio. En el estudio de Guernica Consultores se detalla que la mayoría de los eventos tienen que ver con caídas o golpes que no tienen relación con vehículos, sino con la presencia de un desnivel, un hoyo o escaleras (35,1%). Le siguen los incidentes al subir o bajar de un auto (20,3%).

Mantención de horario de verano incidió en alza

Hay más variables que están impulsando el indicador hacia arriba. El superintendente Claudio Reyes agrega que, durante 2015, cambió la forma de registrar los accidentes de trayecto relacionados con asaltos, lo que podría incidir en el alza del registro. «Antes se exigía un parte policial, pero ahora solo es necesaria la declaración del trabajador. Ocurría que muchas veces lo primero que hacían las personas era ir al consultorio, no a Carabineros».

Según el sondeo de Guernica, el 5,2% de las lesiones de trayecto tienen como causa un ataque de terceros, y al evaluar 94.768 declaraciones, en 4.206 se incluyeron palabras relacionadas con algún tipo de agresión humana.

Para Evans, otro elemento que explica el mayor número de accidentes -puntualmente el salto de 4.884 eventos entre 2014 y 2015- es el cambio horario que provocó mañanas más oscuras durante el año pasado. Según datos de la Asociación de Mutuales, los meses de mayo a septiembre fueron los que presentaron las alzas más significativas, considerando los mismos meses del año previo. En agosto, el aumento fue de 32%, por ejemplo.

«No fue la causa más importante, pero el horario de verano sí influyó. Se ahorró un 1% de energía, pero subimos al menos dos puntos en accidentes de trayecto por esta causa», señala Evans.

Asimismo, expertos coinciden en que el número de contusiones por trayecto aumenta por el mayor uso de las bicicletas y las motos. Según datos de la Conaset, hay 85.262 motos en la Región Metropolitana, es decir, 11 motos cada mil habitantes. Y si bien no se cuenta con un registro del número de bicicletas en la ciudad, el estudio Origen Destino detalla que el 4% de los viajes en un día laboral se realiza por este medio.

El protagonismo de motos y bicicletas también estaría incidiendo en el número de días perdidos por evento. Si en 2006 el promedio llegaba a 16,2 días, el año pasado la cifra subió a 25,3. «Cuando la persona es la carrocería en sí misma, las heridas son mucho más graves que en el caso de un auto», precisa Vásquez. Según el estudio de Guernica, si hay una moto involucrada, se pierden en promedio 38,1 días, y si hay una bicicleta, 33 días; mientras que en el caso de un vehículo particular la cifra llega a 8,7 días.

Por otra parte, la mala práctica de hacer pasar lesiones de trabajo o comunes como de trayecto también podría tener incidencia en las cifras. Sin embargo, Evans aclara que estos casos no son generalizados y, además, son fácilmente identificables: «Se evalúa la consistencia del relato, de dónde y cuándo ocurrió la herida».

Por: María de los Ángeles Pattillo

Fuente: El Mercurio