El jueves 24 de marzo se cumplió el primer aniversario de la tragedia aérea de Germanwings, en la que fallecieron 150 personas, producto de que el copiloto estrellara deliberadamente el avión, debido a los medicamentos que consumía para tratar la depresión que padecía. Luego del fatal accidente, las autoridades decidieron realizar una serie de cambios legislativos y de controles aleatorios de droga, alcohol y medicamentos en sus pilotos, con el objetivo de evitar este tipo de situaciones como la sufrida por la compañía alemana.
En Chile, el 29,4% de los accidentes laborales está ligado al consumo de drogas y alcohol, según lo dio a conocer la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS). De aquí la importancia de aplicar medidas de seguridad que no sólo estén orientadas a proteger la integridad física de los trabajadores, sino también de impedir que aquellos que realizan sus faenas bajo la influencia del alcohol o drogas, pongan en peligro la vida de otras personas.
Por esta razón, es importante que las instituciones implementen nuevos métodos o tecnologías como el Entrance Breathalyzer System (EBS), que permitan llevar un adecuado control sobre la seguridad de sus trabajadores, en materia de consumo de alcohol. En el caso de la legislación chilena, y salvo menciones aplicables a áreas muy específicas del mercado, el control de ingesta de drogas o alcohol no está regulado de manera expresa, abriendo el debate sobre la viabilidad que existe de aplicar estas nuevas normativas y tecnologías, sobre todo si tienen el potencial de afectar derechos fundamentales de los trabajadores, en cuanto a la privacidad, honra y dignidad, derechos expresamente protegidos por el Código del Trabajo.
No obstante, en materia de higiene y seguridad, es el empleador el llamado a implementar medidas para velar por la integridad de los trabajadores, recalcando la ley que tales medidas deben ser «eficaces». Consecuentemente, y dada la incidencia del consumo de albohol y drogas en los accidentes del trabajo, es del todo lógico que los empleadores establezcan, además de prohibiciones genéricas de consumo de estas sustancias en el lugar de trabajo, un sistema efectivo para su control.
Lo cierto es que la implementación de nuevos equipo o normativas, requiere de un proceso de adaptación, donde las organizaciones deben colaborar no sólo en la incorporación de nuevas medidas y tecnología, sino que en modificar la infraestructura correspondiente, todo con el objetivo de prevenir desastres como el de Germanwings, protegiendo así la salud y vida de todas las personas.
Columna de Jorge Ávila, Abogado
Fuente: Crónica de Chillán