Mucho se habla de los peligros que enfrentan los trabajadores en sus puestos de trabajo respecto de las maquinarias que operan, escaleras, ruido intenso, labores en altura, contaminación y otras condiciones que podrían dañarlos físicamente. No obstante, también hay riesgos en el entorno y frente a situaciones relacionadas con el tipo de organización, el contenido de las labores y su ejecución, que los pueden afectar en forma negativa, tanto en el aspecto psíquico como social.

Para medir estos factores, en 2013 el Ministerio de Salud emitió la Resolución Exenta 336 donde se aprobó un protocolo de vigilancia de riesgos psicosociales en el trabajo. El objetivo es supervigilar las condiciones sanitarias y ambientales básicas y proteger su vida y salud. El documento incluye la aplicación de un cuestionario de evaluación y la intervención de los problemas detectados, con el fin de disminuir la incidencia y prevalencia de estrés laboral o enfermedades mentales. Los resultados son gestionados por el empleador y se entregan al respectivo organismo administrador del seguro de la Ley 16.744 sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales (mutualidades).

La primera etapa duró dos años y la fiscalización, a cargo de las respectivas seremis de Salud y de la Dirección del Trabajo, incluyó tres rubros: comercio ( retail ), transporte e intermediación financiera. Desde el 1 de septiembre pasado se incorporaron todas las demás áreas del país.

Como explica Ignacio Puebla, especialista en factores humanos y organizacionales de la Mutual de Seguridad CChC, en general, todo empleador debe velar por la vigilancia de los riesgos ante los cuales se enfrentan sus trabajadores.

Respecto de este instrumento de medición de riesgo psicosocial afirma que busca detectar la situación a la cual están expuestas las personas. La labor de la mutual es asesorar a sus clientes en la aplicación del cuestionario no solo a través de la unidad de prevención de riesgos de cada compañía, sino también en coordinación con recursos humanos. «Con este trabajo conjunto se generan coaliciones entre las distintas áreas para lograr una prevención efectiva», asevera el especialista.

Recomendaciones

Con el objetivo de llevar a cabo las medidas correctivas que correspondan, las mutualidades deben realizar sugerencias para intervenir en caso de que se detecte un factor de riesgo psicosocial. El foco se pone no solo en la persona y sus capacidades, sino también en el clima laboral y las causas del problema, observa.

Añade que para lograr éxito en la gestión respecto de este tema lo principal es efectuar un buen análisis, incluyendo la comunicación y sensibilización dentro de la empresa. Asimismo, definir los factores de riesgo e identificar los recursos disponibles para realizar el cambio y determinar qué agentes están presentes con el fin de elaborar un correcto plan de intervención acorde con lo que la organización está en condiciones de cumplir. Esto es, objetivos claros y bien definidos, asegura. «Aconsejamos que no se queden solo con el cuestionario, sino que adopten medidas concretas, cuyo fin es reducir las enfermedades mentales», sostiene.

Asimismo, todo trabajador debe estar consciente de los riesgos ante los cuales se expone. Algunas de las preguntas del cuestionario son: «¿En general, considera Ud. que su trabajo le provoca desgaste emocional?». «¿Tiene influencia sobre la cantidad de trabajo que se le asigna?». «Mis superiores me dan el reconocimiento que merezco». «¿Está preocupado(a) por si le cambian las tareas contra su voluntad?», entre otras.

Como es una resolución vinculante, tanto para las empresas como para las mutualidades, cualquier trabajador puede reclamar ante la seremi de Salud respectiva -a través de los comités paritarios o sindicatos- cuando este protocolo no se haya aplicado en la firma para la cual presta servicios.

 

Fuente: El Mercurio