A los padres de adolescentes no siempre les es fácil permitir que sus hijos se hagan responsables de las consultas médicas y de su salud.

Así lo revela un estudio de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, con más de 1.500 padres y madres de hijos de entre 13 y 18 años. En la ocasión se vio que solo el 34% de los padres reconoce que deja a sus hijos conversar a solas con el doctor sus problemas de salud, sin que ellos entren a la consulta, y menos del 10% dice que sus hijos completan su historia de salud en forma independiente.

Oportunidad valiosa

«La mayoría de los padres está gestionando las visitas de atención de la salud de sus hijos adolescentes, y los jóvenes pueden estar perdiendo valiosas oportunidades para aprender a tomar el control sobre su propia salud», dice Sarah J. Clark, magíster en Salud Pública y directora asociada del hospital de niños C.S. Mott.

«Hacer que los adolescentes tomen la iniciativa en responsabilidades como llenar su propia documentación, describiendo sus problemas de salud y haciendo preguntas, les ayuda a ganar experiencia y confianza en el manejo de su bienestar», agrega Clark.

Casi el 40% de los padres dice que solo ellos -y no sus hijos- hacen las preguntas sobre temas de salud. Y el 15% de los progenitores cree que sus hijos sí comentarían en forma privada sus problemas físicos y emocionales con el doctor.

«Muchas veces los médicos en atención primaria de nuestro país piden que vayan los padres, para contar con la presencia de un adulto en el examen físico o para tener un respaldo legal si el tema son anticonceptivos», explica la doctora Vania Martínez, psiquiatra del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Y agrega: «Nosotros promovemos la autonomía progresiva, porque no es lo mismo un adolescente de 11 a uno de 18. Lo importante es tener un espacio privado para temas confidenciales».

Según el doctor Matías Irarrázabal, psiquiatra de niños y adolescentes de Clínica Las Condes, «en la consulta se hace pasar primero al adolescente. Pero la mayoría de las veces se integra después a los padres, ya que tienen buena información sobre la historia médica y psicológica del hijo».

«Pero la confidencialidad tiene su límite respecto de temas como suicidio, automutilación o hacer daño a terceros», dice Irarrázabal.

«Lo que vemos es que después de los 15 años, los jóvenes piden que los padres salgan de la consulta», dice el doctor Alberto Trautmann, pediatra con mención en adolescencia de Clínica Alemana. Es el momento en que se hablan temas de «sexualidad, tabaco, alcohol y el aspecto emocional de su relación con sus pares y sus padres», entre otros, dice.

 

Fuente: El Mercurio