Pese a tono conciliador con el mundo privado, la Presidenta sostuvo que el actual «deterioro de las confianzas» se debe a «prácticas inaceptables» tanto en los negocios como en la política.

Por Renata Fernández.

La expectativa era alta. A las 8:45 de la mañana, cuando la Presidenta Michelle Bachelet aún no aparecía en CasaPiedra, entre los invitados -empresarios, líderes gremiales y políticos- comenzó a correr la voz de que la mandataria podría no llegar. La ausencia de Bachelet en la Cena anual de la Industria, en octubre pasado, decían los presentes, era un hecho que todavía no podían olvidar. Pero a las 9 de la mañana, la jefa de Estado llegó.

Con tono conciliador, dos fueron los énfasis del discurso de la Presidenta: la actual crisis de confianza y las dificultades que enfrenta la economía nacional, frente a lo cual hizo un llamado a mejorar la productividad.

En el inicio de su intervención hizo una alusión directa al empresariado. “Ustedes son empresarios y yo soy Presidenta, y por oficio no servimos para lamentarnos o quejarnos, sino para hablar de la acción que crea desarrollo”, les dijo Bachelet.

La mandataria sostuvo que “en la actualidad Chile está experimentando un deterioro de las confianzas. Y no necesito profundizar en un diagnóstico que es compartido por todos. La opinión pública ha sido testigo de prácticas inaceptables de manipulación de los mercados, de contaminaciones entre los negocios y la política, de tráfico de influencias y de privilegios impropios”.

Sobre la situación económica del país, Bachelet dijo que no creía que se estuviese frente a una crisis, pero sí advirtió problemas: la falta de incentivos a la innovación, la poca diversificación, el poco valor agregado y la dificultad de los mercados laborales para incorporar capital humano.

Ante ello manifestó que “podemos resumirlo en un concepto: más productividad. Pero no de cualquier tipo, sino inteligente, equitativa y sustentable. Aquella que aumenta el valor de nuestro trabajo y nuestras inversiones, que se sirve del uso intensivo de las nuevas tecnologías de la información y del conocimiento, y que mejora las relaciones de quienes participan directamente en los emprendimientos, de estos con sus comunidades y su entorno natural; aquella que crea cohesión y bienestar”, indicó Bachelet.

En palabras de la mandataria la solución para aumentar la productividad es “apurar el tranco”, “actuar con más ambición” y “ponernos en marcha”, y en ello apuntó que los empresarios jugarán un rol clave. Según la Presidenta “para avanzar en estos desafíos es necesario que tanto desde el Gobierno como del sector privado y la sociedad civil instalemos el objetivo de mayor productividad, inteligente, sustentable e inclusiva”.

Al respecto, el discurso vino acompañado de un anuncio: 2016 será el “Año de la Productividad”, cuyo objetivo será “construir un horizonte común de desarrollo y, sobre todo, para impulsar la acción que permita hacerlo una realidad”, precisó Bachelet.

En el cierre de su alocución, la mandataria volvió a reforzar al llamado a la acción, señalando que “el tiempo del análisis ya pasó. Es tiempo de apurar el paso y caminar hacia el desarrollo. No será fácil, porque dar un salto así nunca lo ha sido para ningún país”.