Según encuesta del gremio, el 74% de los socios financió la primera etapa de sus startups con capital propio.
Por A. Aguirre y K. Cortez.
El diagnóstico es claro, el financiamiento continúa siendo una barrera al momento de emprender. Y es que según una encuesta realizada por la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) a sus asociados, el 74% de los emprendedores declaró utilizar recursos propios en las etapas iniciales de un proyecto.
De los encuestados -quienes podían seleccionar más de una respuesta- el 28,5% afirmó haber recibido préstamos de familiares, 21% solicitado créditos financieros, 12% fondos públicos, 5% levantó capital de fondos privados y 0,5% obtuvo fondos privados concursables.
La medición, que se realizó a 500 socios del gremio, buscaba determinar el origen del financiamiento de los emprendedores chilenos y tiempo que tardan en conseguirlo.
“Como no hay fondos disponibles en ninguna parte, lo que tienen que hacer las personas es endeudarse, sacar sus ahorros o acudir a su familia y amigos para poder partir”, explica el director ejecutivo de Asech, Cristián López.
Desde la entidad gremial están trabajando con los inversionistas para crear fondos y convencerlos que invertir en emprendimientos es una buena opción.
“También estamos conversando con distintos ministerios, especialmente Hacienda, para que la Ley de Presupuesto incluya mayores recursos para los emprendedores”, señala.
El ejecutivo sostiene que si bien nuestro país está mejor posicionado en materia de financiamiento de startups, en comparación con el resto de Latinoamérica, estos fondos no son suficientes, pues ni el Estado ni la banca han logrado generar recursos alternativos para la alta demanda existente.
Dice que generar más financiamiento permitiría a los emprendedores impulsar el empleo, esto, considerando que actualmente los socios de la Asech -21.500 a la fecha- contratan en promedio cinco personas en distintas etapas del proyecto.
“Sin financiamiento no puedes partir y generar empleo. Con él, vamos a poder contratar y resolver ciertos problemas para que el Estado no sea el único que genere empleo, como ha ocurrido en el último tiempo”, explica.
Otra de las preguntas de la encuesta apuntó al tiempo que tardaron los encuestados en obtener financiamiento. De quienes no ocuparon capital propio, un 30,2% tardó entre tres y seis meses; un 25,1% entre seis meses y un año; 24,1% más de dos años y, un 20,4% entre uno y dos años.
Según López, no necesariamente se buscan recursos en el nacimiento del proyecto, porque mientras más avanzado tenga el trabajo con medios propios, más vale su negocio. De esta manera, “cuando vaya a buscar financiamiento tendrá la posibilidad de dar menos porcentaje de su empresa por una mayor cantidad de capital”, comenta.
Respecto del monto solicitado en un crédito para iniciar un proyecto, un 23,1% lo hizo por una cifra igual o menor a
$ 2 millones; 31,4% entre $ 2 millones y $ 5 millones; 15,3% un monto igual o inferior a $ 10 millones y 30,2% sobre $ 10 millones. La cifra que más se repite son $ 5 millones, con un 13,73%, seguido de $ 3 millones, con 9% y $ un millón, con 8,6%.
“Con $ 5 millones los emprendedores realizan los trámites de iniciación de la empresa, pagan el primer sitio web para dar a conocer su negocio, se manda a hacer la primera gráfica, a fin de tener algo con qué sustentarse y probablemente contrata a alguien rápidamente para que lo ayude durante los primeros 12 meses”, señala López.
Los emprendedores además fueron consultados sobre su evaluación a las facilidades para conseguir financiamiento en Chile -público o privado-, con un rango de notas donde 1 era la peor y 7 la mejor. Así, el 70% la calificó entre 1 y 3, mientras que sólo un 15% le evaluó con una nota sobre 4.
López reitera que si bien encontrar los recursos necesarios nunca será sencillo, es clave generar las confianzas y escenarios de encuentros para que los inversionistas y quienes tienen las ideas se comuniquen.
Un dato de la encuesta que llama la atención, es que el 31,8% de las startups de los entrevistados pertenece al sector servicios, un 20,5% al comercio y 12,5% a tecnología, lo que concuerda con la distribución de las áreas de emprendimiento en Chile.
Acceso a fondos públicos
También alude a problemas como la falta de información que hay sobre los fondos públicos, que en regiones, a veces, se quedan sin interesados y a la poca concordancia que hay entre el tipo de emprendimiento que se está desarrollando y la orientación que tienen los recursos. Atribuye esta responsabilidad tanto al Estado, como a los gremios y entidades que agrupan a los emprendedores.
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