Ya son décadas de críticas hacia la brecha salarial entre hombres y mujeres. Y, pese a eso, el mercado sigue marcando diferencias a la hora de pagar los sueldos, sin importar el desarrollo profesional alcanzado.

No es desconocida la brecha que existe entre los sueldos de mujeres y hombres que realizan tareas similares. En EE.UU. todavía el empleo femenino recibe unos 70 centavos por cada dólar que ganan los hombres. Esto ocurre, según los expertos, debido al gran número de mujeres que están ocupando posiciones en los campos de educación y trabajo social (muchas más de las que requiere el mercado). Asimismo, aún son muy pocas las que ocupan cargos de alto nivel en compañías con altos salarios como las tecnológicas o las financieras.

Ahora un estudio reveló que, además, entre más escalan y desarrollan sus carreras en las compañías, la diferencia de sueldos más se incrementa entre hombres y mujeres.

De acuerdo al reporte realizado por PayScale (Balanza de Pagos) y titulado “Dentro de la brecha de salarios por géneros», mientras las mujeres más suben en la escala de empleos, mayor es la disparidad entre cuanto ganan ellas en relación a lo que reciben sus pares masculinos en las mismas posiciones y con las mismas tareas.

Las empresas que registran las mayores diferencias se defienden argumentando que esa disparidad se produce porque se consideran promedios de hombres y mujeres. Y no se analizan casos particulares, por lo que dejarían fuera variables relevantes como la experiencia, el nivel de estudios y otras habilidades importantes para los cargos. A esto, los analistas les llaman factores sin control. En este segmento la diferencia puede superar el 27%.

Sin embargo, de acuerdo a la investigación de PayScale, la brecha controlada también existe. Y si bien es menor, con un 2,7% aún muestra un problema de disparidad aparentemente injustificada entre hombres y mujeres. Una problemática que, según muestran los resultados del estudio, se vuelve aún más grave entre mayor es el rango del puesto.

Por ejemplo, una mujer que trabaja para una para una empresa cualquiera, gana un 2,2% menos que un hombre, en el mismo rol y con las mismas responsabilidades. Sin embargo, si ella es promovida a un cargo de gerencia o supervisión, la diferencia aumenta a un 3,1%. Y si el salto es mayor, también lo es la brecha: en cargos de directores es de 4,9% y de ejecutivos del 6,1%.
Los factores que potencian este resultado:

1- Tipo de trabajo: Las industrias y empleos con mayores niveles de salarios siguen siguiendo dominados por los hombres.

2- El nivel del trabajo: Los estudios muestran que la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres aumentan a medida que las mujeres ascienden.

3- Matrimonio y familia: A pesar que cada vez son más los hombres que afirman priorizar a la familia por sobre el trabajo, las mamás trabajadoras tienen la mayor diferencia de sueldos con respecto a sus pares masculinos también casados.

4- Prejuicios: Pese al avance que han alcanzado las mujeres en el mercado laboral, creencias arraigadas durante siglos siguen estando presentes. Menor productividad y eficiencia, liderazgo y situaciones de salud siguen poniendo en duda la labor femenina en las empresas, pese a que las estadísticas muestren lo contrario.