La necesidad de profesionales en esas zonas representa casi la mitad de los 3.794 facultativos que requiere el país:

En estos sectores es donde se forman más facultativos, pero ellos mismos dicen que la fuerte presencia del sector privado y la falta de incentivos en el sistema público juegan en contra.

Por Nadia Cabello y Mauricio Silva.

Marisol Salvo lleva tres años esperando ver un traumatólogo en el Hospital Sótero del Río. La última vez que accedió a uno este le pidió un escáner para observar un problema en su columna, que se hizo apenas pudo, y desde entonces necesita una nueva consulta. «Para cuando me den hora otra vez, el examen ya no me va a servir», se lamenta.

Hay dos factores que están jugando en su contra. De acuerdo a la última estimación de la brecha entre los especialistas que hay y los que se necesitan hecha por el Ministerio de Salud, Marisol no solo requiere un médico cuya especialidad está dentro de las diez más falentes del sistema público (un traumatólogo), sino que además vive en una de las áreas del país donde más especialistas faltan (el sector suroriente de la capital).

Porque pese a que es conocido lo difícil que es atraer a estos profesionales a regiones, sobre todo a aquellas extremas, según el análisis de Salud, donde falta un mayor número de especialistas en el sector público es en la zona central.

Y la situación más crítica se vive en dos regiones, la Metropolitana y de Valparaíso, donde en conjunto necesitan 1.730 profesionales, es decir, casi la mitad de los 3.794 especialistas que, en total, requieren los hospitales.

Si bien la estimación de la brecha del Ministerio de Salud considera la proporción de médicos requeridos por población beneficiaria -y las regiones antes mencionadas son las con mayor densidad de población-, según expertos, hay otros factores que la explican.

En su último informe al Congreso sobre la materia, Salud dice que «aquellos servicios que encabezan el listado (de brecha) se caracterizan por presentar proyectos de inversión de alta envergadura y establecimientos de mayor complejidad» que requieren personal especializado.

Además, aunque en esta zona es donde más se forman médicos (por la presencia de universidades), hay también mayor presión del sector privado.

Y ese es un factor importante, según Juan Eurolo, presidente de la V Región del Colegio Médico, quien dice que «internistas o cirujanos y otros profesionales como cardiólogos prefieren irse al sistema privado porque son muy pocos y las ofertas de este son más tentadoras que las del sistema público».

Efectivamente, del total de especialistas que faltan, 2.795 corresponden a especialidades básicas donde están la medicina interna, cirugía general, traumatología, ginecología, anestesiología o imagenología. Además se necesitan más de mil profesionales de especialidades derivadas. De estas últimas, las derivadas de cirugía corresponden al 14% (principalmente cirugía vascular) y las derivadas de pediatría representan el 12% (principalmente neonatología).

Camilo Bass, secretario de la Agrupación Nacional de Médicos de Atención Primaria, agrega que no solo es que las clínicas ofrezcan mejores sueldos, sino que hay diferencias de gestión. «Cuando das poco tiempo para atender a los pacientes, no tienes los insumos que necesitas o ni siquiera tienes instalaciones como duchas para los médicos, claro que te vas a ir del hospital», dice.

Aumento de becas

Para hacer frente a este problema, Salud está aumentando los cupos de becas de especialización (que luego los médicos deben «devolver» trabajando en el sistema público el doble del tiempo que estudiaron) y con ello formar cuatro mil especialistas en el período de gobierno.

Pero el ex subsecretario de Redes Asistenciales y actual decano de Medicina de la U. San Sebastián, Luis Castillo, dice que «eso solo servirá para neutralizar la salida de los médicos del sistema público. Lo que falta es coordinar más formación, incentivos y apoyo tecnológico».

Los diputados de la comisión de Salud de la Cámara han pedido saber qué impacto se espera lograr con la estrategia del Gobierno y, de hecho, este será uno de los temas que deberán tratar hoy en esa instancia la ministra Carmen Castillo y el director de Presupuestos, Sergio Granados, además, de abordar otros problemas como la deuda hospitalaria y los retrasos en la construcción de recintos.

Mientras, aparecen nuevas ideas. El senador Guido Girardi (PPD) anunció que presentará un proyecto de ley que impida ejercer la profesión en Chile a los médicos que no devuelvan sus becas. Mientras, su par Alejandro Navarro (MAS) dice que si los chilenos no quieren trabajar en el sector público, se podría traer profesionales cubanos.

Cita en el Congreso
Hoy, la ministra de Salud y el director de Presupuestos asisten a la comisión de Salud de la Cámara para hablar del déficit de especialistas y la deuda hospitalaria, entre otros temas. Los pacientes se dan cuenta de la escasez de profesionales
Katherina Morales

Puente Alto

«Es increíble cómo cambia todo cuando uno pasa de atenderse del sector privado al público. En los hospitales las esperas son interminables».

Marisol Salvo

Puente Alto

«Aquí una interconsulta se demora meses en llegar. Y no es que uno esté solo esperando, uno sigue enferma y se pone peor mientras tanto».

Montserrat León

Quilpué

«El hospital de Quilpué no tiene nefrólogos, por eso derivaron a mi papá a Viña del Mar. Pero ahí tampoco son muchos. Una doctora se hace cargo de casi todos los pacientes. Tardamos más de dos meses en conseguirle hora y 15 días después teníamos a mi papá en la UCI».

Sebastián Castro

Viña del Mar

«Son pocos los neurólogos en el Hospital Gustavo Fricke, así que la hora se pide de un mes a otro, pese a que mi papá debe controlarse un accidente vascular. Y son tantos los pacientes que solo pueden dedicarles unos pocos minutos».