Así lo señaló Claudio Urrutia, consejero nacional de la CUT, encargado de la secretaría de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST), en el marco de la apertura del congreso nacional «Hacia una Cultura de Prevención de Riesgos del Trabajo», organizado por la Subsecretaría de Previsión Social y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y con el apoyo de distintos servicios y superintendencias vinculados con la secretaría de Estado.

En la oportunidad también expuso el nuevo director para el Cono Sur y América Latina de la OIT, Fabio Bertranou, quien celebró la realización del congreso. Cabe señalar que dirigente sindicales y empresariales, junto con expertos de diversos ámbitos, han estado participando en grupos de trabajo en torno a la SST, recogiendo los insumos necesarios para dar a luz esta nueva política preventiva.

Está instancia está encaminada a enriquecer la discusión que dará origen a una nueva Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo. Diseñar una estrategia nacional en esta materia, está circunscrita al compromiso que asumió Chile (2010, tras los hechos ocurridos en la mina San José) al momento de ratificar y hacer suyo el Convenio 187 de la OIT sobre SST. La idea es aplicar una política de mayor alcance que las iniciativas aplicadas hasta entonces.

Sobre este objetivo país, Bertranou dijo que «tenemos enormes expectativas y me parece que esto no va a ser solamente algo muy importante para Chile, sino que también va a implicar un faro para muchos países de América Latina y del mundo».

En tanto para Urrutia, esta nueva política “es un desafío para el Estado, que la CUT celebra de todas maneras. Sin embargo es deber señalar que existen temas relevantes que discutir desde el mundo del trabajo”.

Como ejemplo, citó a los sindicatos y la negociación colectiva, los cuales “se señalan como un instrumento de real valor para mejorar las condiciones de SST; pero, ¿cómo sería eso, en las actuales condiciones de negociación colectiva, toda vez que la cancha sigue dispareja?. No será posible mejorar las condiciones de SST, a través de la negociación colectiva, sin tener un real proceso de negociación entre empleadores y sindicatos, sin derecho a huelga real, sin negociación sectorial o por federaciones o confederaciones, sin piso y con escasa sindicalización, entre otros indicadores, que nos alejan en demasía de los países desarrollados en materia de regulaciones laborales”.

Respecto de la SST a nivel mundial, el representante de la OIT, explicó que las enfermedades profesionales y los accidentes del trabajo siguen siendo un flagelo. Las estadísticas, según lo señaló, cifran en 2,3 millones de fallecimientos anuales vinculados al mundo laboral, de los cuales 2 millones son producto de enfermedades profesionales. Estas últimas suman actualmente, en todo el mundo, más de 160 millones de casos.

“Además del inaceptable costo humano, con el enorme sufrimiento para los trabajadores y sus familias, estos accidentes del trabajo y enfermedades profesionales tienen un impacto negativo en la eficiencia y productividad de las empresas, causando pérdidas económicas importantes para la sociedad en su conjunto», concluyó Bertranou.