Señalaron que la medida, entre otras consecuencias, afectará directamente al empleo. Aseguraron también que esta fórmula permitía un mayor equilibrio en las relaciones entre trabajadores y empleadores.
O. Galaz y P. Bertoni.
El Gobierno cerró las puertas a la posibilidad de mantener el reemplazo durante la huelga con empleados internos, propuesto tanto por la oposición, empresarios, como también por economistas cercanos a la propia Nueva Mayoría.
Ante esto, las reacciones de los principales actores no se hicieron esperar, y el ex presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz, señaló durante un seminario realizado por el ESE de la Universidad de los Andes, que “yo todavía soy optimista de que la luz llegue a iluminar a quienes debe iluminar, espero que no permanezcamos en la oscuridad”.
Agregó también durante su presentación que “aquí vemos una legislación anacrónica, que lo único que va a conseguir es sin ninguna duda, mayor desempleo, mejor conflictividad y aparte de eso va a afectar a muchas personas, porque aquí no sólo se afecta a la empresa y los empresarios”.
En tanto, el presidente de la Multigremial de Emprendedores y de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) Juan Pablo Swett, también objetó la postura del Ejecutivo, señalando que “sería la prueba de que el Gobierno cerró la puerta a la gradualidad y no será capaz de enmendar un rumbo que perdió hace tiempo. Se sigue insistiendo en una reforma que hará un daño tremendo a los emprendedores y pymes del país, y que más del 50% de los chilenos rechaza”.
Susana Carey, presidenta de Supermercados de Chile S.A, otra entidad que ha estado presente en la discusión de la iniciativa, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, expresó que “el no reemplazo interno en huelga va a afectar el derecho al trabajo de los que no están en huelga; y el impacto de una huelga en terceros como consumidores y usuarios es muy complejo”. Refiriéndose específicamente a su sector, explicó que “eso hace, por ejemplo, que sea muy distinto la huelga en un supermercado que es el único en el pueblo, que en un lugar donde hay 10 o 20 alternativas. Si hay una huelga prolongada sin ningún tipo de reemplazo interno, después de un cierto plazo es un gran impacto”.
En tanto, el ex subsecretario de Trabajo y actual presidente de la Unión Social de Empresarios Cristianos, Bruno Baranda, se mostró en contra de la idea de finalizar con esta herramienta, pues indica que el reemplazo con trabajadores internos es algo que el Senado debe corregir y permitir, “no sólo porque sería coherente con las propias normas de la OIT, sino con muchos de los países desarrollados que precisamente han sido utilizados como ejemplo, en algún aspecto al menos, para justificar esta reforma, contempla esta medida, que le da cierto equilibrio a la fuerza extrema con que la Reforma está instalando la huelga”.
El presidente se Asimet, Juan Carlos Martínez, en tanto sólo señaló :“yo no me hacía muchas ilusiones y creo que la Reforma Laboral va a ir con todo y vamos a tener que sufrir mucho, sobre todo el no reemplazo, que restringe la gestión de la empresa. Yo como representante legal no quisiera hacerme responsable de estas cosas que te impone, preferiría sentarme a conversar con mis trabajadores cosas razonables”. Expresó que el ideal es que trabajadores y empresarios se sienten a defender la empresa, pero que a su parecer, la Reforma no busca esto. “Lo más preocupante es que la Reforma Tributaria se puede arreglar, pero la Reforma Laboral una vez que se apruebe va a ser muy difícil modificarla”, subrayó.
Finalmente, Juan Carlos Carolus, presidente de Fedefruta, tras reunirse con la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, aseguró que ella está al tanto que el no reemplazo en huelga puede “ser letal para la industria frutícola y están viendo maneras de enfrentar esa situación”.
Y agregó, que de manera general, “esta situación es simplemente letal para la supervivencia de la empresa”.