Una fuerte ofensiva en contra de la reforma laboral que el Gobierno tramita en el Congreso levantaron durante los últimos días diversos movimientos ciudadanos.

Una de las primeras acciones que se adoptaron fue que las multigremiales de cada región del país enviaron cartas a todos los senadores manifestando las consecuencias negativas que la iniciativa podría generar a las pequeñas y medianas empresas, y a los emprendedores.

En una de esas misivas, enviada por la multigremial de La Araucanía al senador PPD Eugenio Tuma, se plantea que el proyecto del Ejecutivo, entre otras cosas, no incorpora el reemplazo de trabajadores en huelga, y elimina las sanciones para las huelgas violentas.

«Este es un llamado a los senadores a votar en conciencia por quienes votaron por ellos, y no en línea con una ideología. Las pymes mueven en un 99% la economía regional, son el motor del trabajo en sus zonas. Por eso les pedimos a los senadores que consideren la realidad de sus regiones y mejoren esta reforma laboral», dijo el presidente de la multigremial, Juan Pablo Swett.

La estrategia publicitaria de la agrupación contempla desplegar gigantografías en regiones, en las cuales aparece, junto a la foto de senadores de las circunscripciones, la pregunta «¿Cómo votará usted, senador?». En las imágenes también se señala que la reforma laboral «golpea a los emprendedores» y se indica de un hashtag para que ciudadanos precisen sus planteamientos en Twitter.

En paralelo, el movimiento «Reforma la reforma», que encabeza el economista Bernardo Fontaine, también desplegó una campaña en las principales radios del país, dando cuenta de sus reparos a la reforma laboral.

Desde el movimiento se ha planteado la necesidad de modificar algunos aspectos centrales de la iniciativa, como que debiera haber titularidad sindical, «pero con representatividad». Para ello, proponen que los grupos negociadores existan cuando la suma de los sindicatos tenga menos del 50% de los trabajadores. Critican, además, que «solo los trabajadores sindicalizados puedan negociar, y que la reforma fuerce a sindicalizarse». Asimismo, en cuanto a la eliminación del reemplazo en huelga, sostienen que aunque debe estar reconocido el derecho a esta, la huelga no puede suponer una paralización de servicios críticos como el metro o consultorios.

También se hace hincapié en que la reforma y su debate debe ir acompañada de información adecuada, la cual, a su juicio, ha sido escasa.