Para el empresario, la adaptabilidad pactada, el reemplazo en huelga y la sanción a las huelgas violentas son puntos claves a modificar.
En 2013, la viña Concha y Toro vivió una huelga de 500 trabajadores por más de 40 días. Como dejó estipulado el vicepresidente de la viña en el Zoom Regional de Curicó, esa huelga generó una gran destrucción de confianzas tanto para los trabajadores como para el clima laboral de la empresa, situación que espera no se vuelva a repetir.
Frente a a una pregunta del público respecto de la Reforma Laboral impulsada por el Gobierno de Michelle Bachelet, Rafael Guilisasti fue claro en señalar que la discusión ha sido muy complicada. “Estamos frente a una reforma que no es la adecuada sobre todo por los silencios que tiene, pero por otro lado, para ser franco, nos ha costado encontrar ese camino intermedio con una cosa que no va a dejar contento ni a unos ni a otros”, comentó.
Sin embargo, el empresario se mostró esperanzado con la posibilidad de llegar a consenso en algunos puntos ahora que la discusión entró a trámite en el Senado. “Yo creo que el reemplazo en huelga tiene que existir de alguna manera, sea reemplazo interno, sea que la huelga pueda ser votada a los seis días por la totalidad de los trabajadores, hay un conjunto de cosas que se podrían avanzar de tal manera de que se mantenga este principio de que la huelga es el proceso final, que tenga un periodo corto y que nuevamente se retomen las conversaciones” indicó Guilisasti respecto de uno de los puntos más controversiales de la discusión.
“Segundo, yo creo que es muy importante de que la huelga violenta o incluso la huelga ilegal tenga sanciones dentro del Código de Trabajo. Eso está quedando fuera, originalmente entró y luego se retiró. Seamos francos, hoy día la única sanción a una huelga violenta es aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado, es como andar con la bomba atómica para cada conflicto”, señaló el empresario que defiende la sanción en Código Laboral y que según él tendrían un efecto mucho más disuasivo y pacífico. Y el tercer punto, y que más recalcó Guilisasti, fue el de la adaptabilidad pactada, concepto que para el empresario se debe preservar necesariamente y que abriría una puerta a la modernidad entre empresario y trabajador. “Yo soy optimista, creo que siempre puede haber el espacio para un punto medio y hay cosas que para mí son muy importantes. La estabilidad pactada es muy importante. (…). Nunca se pierde la fe”, agregó.