Superintendencia revisó el cumplimiento de ley que protege a pacientes.

María José Jarpa.

Ser tratado con dignidad y respeto, recibir un diagnóstico claro y ser atendido en forma oportuna, son algunos de los aspectos de la Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes, que desde 2012 regula las garantías y obligaciones de las personas y funcionarios en los centros de salud.

¿Cómo perciben los usuarios su cumplimiento? Esa interrogante buscó despejar un estudio de la Superintendencia de Salud al que accedió La Tercera, que contempla 1.180 entrevistados del Fonasa y de isapres, que han recibido prestaciones de salud en los últimos doce meses en Santiago, Antofagasta, Temuco, Coquimbo, Valparaíso, Puerto Montt y Coyhaique.

Entre los derechos que mencionan los encuestados -donde destacan obtener información clara, ser atendidos por buenos médicos, además de acceso a medicamentos y exámenes-, es el respeto a las horas de atención el que señalan como el más vulnerado, en un 50% de los casos, seguido por el buen trato médico, con 39% (ver infografía).

De acuerdo a los resultados del sondeo, un 37% de los consultados dijo que sus derechos no son respetados, un 35% sostuvo que estas garantías se cumplen en parte y sólo un 28 % señaló que se acatan. Asimismo, un 17 % de los entrevistados dijo que en alguna ocasión se sintió pasado a llevar en sus garantías. “Hay aspectos que son fundamentales que tienen que ver con el trato, y los pacientes asocian el trato con el respeto a la hora de atención. Consideran que una espera larga tiene una afectación en lo que se considera un trato digno. Es muy relevante esta conciencia de ser titular de un derecho a una atención oportuna”, dijo el superintendente de Salud, Sebastián Pavlovic, quien añadió que “la atención de calidad es interesante también, porque los pacientes vinculan la calidad tanto al buen trato como a la seguridad de la atención, y tienen una expectativa alta y esperan que se cumpla”.

Pavlovic además explicó que otro elemento que los pacientes destacan como relevante es “la información que el médico provee, que respete la autonomía de la persona y que se tome el tiempo de explicarle al paciente”.

Al comparar la satisfacción e insatisfacción según el tipo de seguro, destaca una mejor evaluación en el ámbito privado: un 82% de los usuarios de Fonasa dijo quedar conforme con la atención de salud versus un 18 % de disconformidad; mientras que en los afiliados a isapres, un 94 % quedó satisfecho contra un 6 % de insatisfechos.

En cuanto al trato recibido, un 64% respondió que las personas con más recursos tienen un trato preferencial, mientras el 47% indicó que las personas de escasos recursos son tratadas peor que el resto.“La percepción de que el acceso y la atención que se recibe depende del dinero que tienes es, sin duda, es un aspecto que debiera remecernos”, acotó.

Instituciones

El aporte de las instituciones, públicas y privadas al cumplimiento de los derechos, fue otro aspecto analizado. En este punto, las clínicas fueron calificadas como las que más contribuyen en este ámbito (76%) versus los consultorios y hospitales, que fueron calificados negativamente, con un 65% y un 64%, respectivamente.

Sobre este tema, Camilo Bass, secretario técnico de la Agrupación de Médicos de Atención Primaria, señaló que “durante mucho tiempo en nuestro país se ha intentado desprestigiar el sistema público de salud y eso es percibido por la población. Sin embargo, hay muchas personas que después de haber sido atendidos por el médico han dicho que la atención es buena. Por otro lado, es verdad que el sistema público tiene menos recursos de los que debiera y está en una condición muy desmedrada”, sostuvo el profesional, quien agregó que, según la Organización Mundial de Salud, el Estado debiera invertir el 6% del Producto Interno Bruto a la red asistencial y Chile destina menos del 4%.

En cuanto a los recintos privados de salud, Ana María Albornoz, gerente de la Asociación de Clínicas de Chile, dijo que “la ley es nueva, pero las prácticas de respeto y de preocupación por los pacientes en el sector privado son muy antiguas. La ley ha ayudado a ordenar y poner de manifiesto las prácticas que en muchos casos se han llevado adelante y que eran muy comunes en los centros de salud privados”.