Entre enero y marzo hubo 22 donantes y 63 trasplantes, las cifras más bajas de los últimos cuatro años en igual período:

Ministerio de Salud instruyó auditorías externas, especialmente en aquellos hospitales emblemáticos que han reducido su capacidad de pesquisa de potenciales donantes.

Por Nadia Cabello y René Olivares.

Los primeros tres meses de 2015 no fueron buenos para la donación de órganos. Las cifras del Ministerio de Salud revelan que entre enero y marzo hubo 22 donantes, que dieron origen a 63 trasplantes.

Esos números representan una caída de 15% respecto a los realizados en 2014 en igual período y, de hecho, son los más bajos que se han alcanzado en el primer trimestre de los últimos cuatro años.

Si bien son solo los primeros meses, la presidenta de la Corporación del Trasplante, Anamaría Arriagada, dice que es una tendencia «que debe preocupar. El año pasado se celebró que se alcanzara una tasa de 7 donantes por millón de habitantes; sin embargo, fue un año malo -hubo 123 donantes y 353 trasplantes en total- y ahora, vamos peor».

Parte de la caída tiene que ver con cómo se desarrolla el programa de trasplantes en los hospitales. Ahí, el estandarte de los problemas lo lleva el Hospital del Salvador, en Santiago, que está próximo a cumplir un año sin poder recuperar el funcionamiento de su programa de trasplantes, que todos los años aportaba con entre 12 y 14 injertos de hígado en adultos.

Esto, por la falencias de recursos humanos (principalmente anestesiólogos y radiólogos) y de infraestructura que arrastra el centro público, y que mantiene en vilo la subsistencia de los trasplantes en este recinto, el más grande en la materia hasta esta crisis, y en medio de una promesa presidencial de fortalecer el sector público de salud a través de la contratación de más médicos especialistas.

A juicio de Arriagada, parte del problema es que «el Ministerio de Salud no está haciendo su trabajo. No ha habido campaña mediática, y la ministra no se ha referido al tema, pese a que es el Estado el que debe hacer un trabajo permanente con Educación y Cultura para abordar esto y preocuparse de cómo se trabaja en los recintos que trasplantan».

En la Coordinación Nacional de Trasplantes del Ministerio de Salud reconocen el descenso en las cifras, pero confían en que estas se pueden revertir en lo que resta del año.

Para ello aseguran que están trabajando especialmente con las direcciones de los servicios de salud y algunos hospitales como el Barros Luco, el Sótero del Río y Del Salvador, que históricamente pesquisaban a más de la mitad de los potenciales donantes, pero que ahora han disminuido esa tarea.

También se inició un programa de auditorías externas en los recintos asistenciales, para hacer un diagnóstico de las causas, eventualmente corregibles, detrás de este descenso en las cifras de donantes.

En paralelo, y para hacerse cargo del problema que existe en Chile respecto de la donación de órganos, los senadores de la comisión de Salud, liderados por Carolina Goic (DC) presentaron un proyecto de ley que pretende permitir la «donación cruzada de órganos». Esto es, que en el caso de las familias que buscan un riñón -que es el más común de los trasplantes- puedan eventualmente intercambiar los órganos. Así lo ejemplifica Goic: «Si mi marido necesita un riñón y yo no soy compatible con él, queremos que exista la opción de que otra pareja, que esté en la misma situación, pueda donar el órgano si es compatible, y yo, a cambio, donarles a ellos».

De esa forma, se podría abrir otra vía para avanzar en la resolución de lista de espera, que en el caso de riñón actualmente es de 1.186 pacientes.

«Donación Cruzada»
En la comisión de Salud del Senado se presentó un proyecto de ley que consentiría la «donación cruzada de órganos». Esto significa que se podría intercambiar donantes entre los familiares de dos personas que están a la espera de un trasplante. Hospital del Salvador lleva casi un año sin trasplantes hepáticos
En 2011, el Hospital del Salvador recibía un premio del ex Presidente Piñera, por su aporte al aumento de trasplantes, que ese año se incrementó en casi 50% respecto de 2010.

Cuatro años después, la situación es dramáticamente opuesta, al punto que su programa de trasplante hepático, el que funcionara como referencia nacional para este tipo de cirugías (es decir, pacientes de todo el país llegaban hasta dicho hospital a realizarse los injertos), está paralizado.

En diciembre pasado fueron los propios médicos quienes denunciaron esta situación públicamente, a través de una carta al director de «El Mercurio». El problema se arrastraba desde junio de 2014, por lo que está pronto a cumplir un año. Tras tomar conocimiento público, autoridades del Ministerio de Salud indicaron que en abril de este año la suspensión -originada por la falta de anestesiólogos y radiólogos, además de deficiencias de infraestructura- sería subsanada.

Según Mario Uribe, jefe del programa, nada de eso ha ocurrido y consultado sobre por qué aún no se hacen trasplantes, asegura que «a mí no se me ha dado ninguna explicación, las cosas que se han prometido no se han cumplido».

A juicio del especialista, «es inconcebible que no haya programa (de trasplante hepático) de adultos que funcione».

Una versión distinta es la que tiene Andrea Solís, directora del servicio de Salud Metropolitano Oriente del cual depende el hospital. «El programa no está detenido. Se está haciendo la evaluación de los pacientes que cumplen los criterios de trasplante y el seguimiento de los pacientes trasplantados. Lo que estuvo detenido fue la realización de trasplante hepático, pero ya estamos en condiciones de retomar», dice.

Solís asegura que hoy cuentan con anestesista «en horario parcial, de lunes a viernes». Además, explica que «el próximo mes se incorporan especialistas que vienen a cumplir su período asistencial obligatorio al servicio y los vamos a capacitar para la realización de trasplantes».