Consejos de expertos en prevención de riesgos:

Se recomienda acordar lugares de encuentro y roles ante una emergencia, y tener siempre lista una mochila con lo esencial para subsistir y evacuar.

Por Paula Leighton N.

En un país donde prácticamente todos sus habitantes se han visto en algún momento enfrentados a un terremoto, aluvión, erupción volcánica o maremoto, estar preparado es prácticamente una obligación.
Los eventos que han azotado en las últimas semanas al norte y sur del país son un recordatorio de que, más allá de las medidas que establezca la autoridad, es fundamental que la propia familia acuerde un plan en caso de emergencia.
«Si la familia ha conversado previamente y ha acordado qué harán ante distintos escenarios, se evitará que improvisen y que, por lo tanto, tomen malas decisiones que agreguen más riesgos», destaca Rolando Galleguillos, prevencionista de riesgos de la Mutual de Seguridad.
Jean-Marie Walker, profesional de la División de Protección Civil de Onemi Central, señala que para elaborar un Plan Familiar de Emergencia lo primero es identificar los riesgos a los que se está expuesto (sismos, aluviones, marejadas, incendios forestales, etc.) y qué lugares frecuentados por la familia están dentro de esta zona de amenaza, incluyendo colegios, lugares de trabajo, de esparcimiento o servicios.
«En función de esto se deben establecer zonas seguras dentro y fuera del hogar y acordar puntos de encuentro en caso de que la familia esté dispersa», señala. Además, es fundamental asignar roles, como quién se encargará de apagar los suministros de gas, agua y electricidad, quién velará por los ancianos o personas discapacitadas, quién retirará a los niños del colegio y quién recogerá el kit de emergencia (ver infografía).
Zonas seguras
Las zonas seguras para evacuar dependerán de la emergencia. Por ejemplo, en un terremoto, si la construcción es antisísmica, se recomienda no salir de ella, abrir las puertas para evitar que se traben y cobijarse en un lugar donde no haya riesgo de caída de objetos, como bajo una mesa o junto a un muro estructural. Si la casa es de adobe o de autoconstrucción, hay que evacuarla de inmediato. «Y hoy se sabe que pararse bajo el marco de una puerta no es seguro, pues al superar su capacidad de resistencia colapsan», dice Walker.
En el caso de un maremoto, se debe evacuar a pie y hacia una zona elevada si se está a menos de 15 o 20 minutos caminando. «De lo contrario, agrega, la nueva recomendación es hacer una evacuación vertical, es decir, subir a un piso 8 o más arriba».
Si los niños están en el colegio, el consejo es no ir a buscarlos de inmediato, porque los establecimientos activarán su Plan Integral de Seguridad Escolar (PISE) para evacuarlos. Es importante que los padres se informen sobre el plan y si este se ha practicado.
Galleguillos insta a «mantener siempre despejadas las vías de evacuación de la casa, no tener bajadas de cama en las que se pueda resbalar al pisarlas y antes de acostarse dejar siempre ordenados y a mano los zapatos, para evitar evacuar descalzos». Sugiere también preparar a los niños para estos eventos, enseñándoles cómo y dónde resguardarse si no están en casa, a qué números de emergencia llamar y, a los más grandes, cómo cortar los suministros básicos.
En el sitio www.familiapreparada.cl, de la Onemi, hay consejos para actuar en caso de distintos tipos de emergencia y se pueden ingresar los datos para elaborar e imprimir su propio plan de emergencia familiar.