Afirma que los mayores riesgos para Chile son el menor precio del cobre y las reformas en curso.

Por C. Alonso y P. Breschi.

Fitch Ratings ratificó la calificación de riesgo soberano para Chile en A+, manteniendo el mismo nivel que la revisión de octubre pasado y con una perspectiva estable para la deuda soberana. Según describe el informe publicado ayer, el sitial que ocupa el país va de acuerdo a la gestión fiscal prudente y una política monetaria creíble con metas de inflación y tipo de cambio flexible.

La clasificadora sostiene que el mayor impulso fiscal 2015 llevará a que el déficit estructural se ubique en 1,1%, aunque valora que el Gobierno siga comprometido con alcanzar un balance fiscal en 2018. Sin embargo, hace hincapié en que la convergencia hacia un balance no será nada de fácil. “La consolidación podría ser un desafío no menor, ya que el balance se debe consolidar en un escenario de menores precios del cobre y un menor PIB potencial, afectando los ingresos estructurales”, sostiene.

Para este año, las proyecciones de Fitch apuestan a que la economía crecerá 2,8%, apoyada por políticas fiscal y monetaria expansivas. Resalta que si bien la inflación se ha elevado por encima del rango superior del Banco Central, las expectativas permanecen “bien ancladas y reflejan la credibilidad del régimen de metas de inflación”. De todas formas, Fitch alerta que “los principales riesgos incluyen nuevos descensos en los precios del cobre y la incertidumbre derivados de las reformas en curso, que podrían obstaculizar la recuperación de la confianza”. En este punto, el Associate Director Latin America Sovereigns de Fitch, Todd Martinez, y Shelly Shetty, Head of Latin America Sovereigns, señalaron que “si bien las reformas pueden causar incertidumbres en términos de negocio, Chile está siendo muy prudente en sus políticas públicas, lo que significa que el país no caería en un aumento del déficit fiscal”. Ambos destacaron que las reformas del Gobierno “atacan áreas correctas, como por ejemplo la educación”, ya que el principal problema para el crecimiento es que Chile tiene un capital humano débil. Ahora bien precisan que “el éxito de una reforma educacional dependerá del contenido, de la forma en que se aplique, por lo que los beneficios sólo se materializarán en un largo plazo”.

La clasificadora destaca “la credibilidad y coherencia de las políticas de Chile”, sin embargo, afirma que los últimos hechos de “corrupción y de irregularidades de financiamiento de campaña involucra a todos los sectores políticos y a la comunidad empresarial, lo que aumentó en la ciudadanía la percepción de las desigualdad”. Pese a esta coyuntura, Fitch no considera que estos acontecimientos tan perjudiciales ya que podría proporcionar una prueba para la fortaleza de la instituciones de Chile.

El ministro de Hacienda, Alberto Arenas, sostuvo desde Nueva York que la clasificación de Fitch “es un reconocimiento a la solidez de bases macroeconómicas de Chile y de sus finanzas pública. Su diagnóstico sobre las fortalezas y flexibilidad de nuestra economía, que nos han permitido realizar ajustes para impulsar la moderada recuperación que observamos hoy, es muy similar al nuestro”.