Tras el dato de abril, BBVA anticipa una moderación en los precios, que permitirá cerrar el año con un IPC bajo el 3%.

Abril definitivamente podría representar un hito en materia inflacionaria en el país. Si se confirman las expectativas prevalecientes en el mercado financiero respecto a que el Índice de Precios al Consumnidor (IPC) habría subido entre 0,3% y 0,4% este mes, la medición de los precios en doce meses podría bajar del persistente 4%.

A diferencia de lo expuesto en el marco del Informe de Política Monetaria (IPoM), el mismo presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, anticipó que los precios volverían «relativamente pronto al rango meta», el cual se mueve entre 2% y 4%.

BBVA Research reafirmó ayer que esperan que luego del IPC de abril -que lo ven en 0,4%- la inflación comience a mostrar una significativa moderación terminando bajo 3% a diciembre del presente año.
A nivel de divisiones, la entidad dijo que las principales incidencias positivas provendrían de transporte, salud y alimentos y bebidas.

Al mirar por productos, BBVA destacó aumentos en el precio de la gasolina, principalmente debido al incremento en los precios internacionales durante el mes; alzas en servicio de transporte en bus interurbano por efecto de mayor demanda durante el fin de semana largo; incremento en automóviles nuevos debido al aumento de precios en algunos de los modelos más vendidos y también en servicios de salud, tales como consulta médica y tratamiento odontológico debido al reajuste anual en los planes de Fonasa que captura el INE en el mes de abril.

Un 3,1% en la mira

Las expectativas de inflación implícitas en los instrumentos de mercado han descendido en los últimos días hasta marcar un 3,1% para fin de año.

La razón , explicó el economista de Banco Penta, Matías Madrid, es que las presiones alcistas presentes hasta hace algunas semanas relacionadas al tipo de cambio y a un aumento de las estimaciones para el precio del petróleo, estarían aminorándose. «A esto se suma que la actividad no muestra para nada signos de aceleración», indicó, y también coincide con las expectativas para la política monetaria, cuyos ajustes se han postergado para 2016.

Dado este escenario, Madrid ajustó a la baja su pronóstico para el cierre del año, de 3,3% a 3,1%.