Calidad de vida:

Estar más tiempo con la familia, ahorrarse el tráfico y manejar el propio tiempo eficientemente son algunos de los beneficios del trabajo remoto que se está instalando en Chile.

Tania Herrera
Todas las tardes después de almuerzo, Paula Riveros (34), gerenta de productos de iluminación decorativa de Philips, se va a trabajar a su casa. Esta libertad le ha permitido ir a buscar a su hija de ocho años al colegio y pasar más tiempo con ella.

«Para mí, la posibilidad de manejar mis tiempos y conciliar la vida laboral con la familiar es una de las cosas que más valoro», dice Paula.

Además de organizar su propia agenda, también este modelo de trabajo le ha permitido ahorrar tiempo de traslado. «Después de ir a dejar a mi hija en la mañana, puedo demorarme una hora a la oficina. Pero lo que hago es irme a un café que está al lado del colegio, trabajo o reviso mi correo desde mi notebook unos 45 minutos, y en vez de tardarme 60 minutos en el auto, llego en 15», cuenta Paula.

Sin embargo, no todo fue tan fácil para ella cuando en su oficina empezaron a implementar el modelo de flexibilidad laboral. «Tienes que adaptar un espacio en tu casa para poder enfocarte. Además, tienes que acostumbrar a tu entorno: de repente llega la nana para decirte que llegó un pedido, o el jardinero, y puedes estar en una llamada con un cliente. No es fácil».

Mayor calidad de vida

El teletrabajo es un cambio cultural que ya se ha instalado en algunas organizaciones y que está teniendo muy buenos resultados, tanto en la producción como en la satisfacción de los trabajadores.

En Philips, el 80% de los colaboradores tiene acceso a este beneficio, explica Diego Otero, gerente regional de RR.HH.: «El trabajo remoto se establece en respuesta a la entrada de las nuevas generaciones. Es una práctica que implica un compromiso entre los empleados y sus jefes, ya que se trabaja por objetivos y no por control de horario».

Las nuevas generaciones demandan más tiempo y conciliación entre su vida laboral y personal, explica Andrés Bianchi, gerente de Relaciones Laborales de Bci. «Según nuestras encuestas, esta flexibilidad les genera mayor compromiso y mayor satisfacción. Al día de hoy, los 195 trabajadores que están inscritos para el beneficio han cumplido con sus metas y no hemos recibido ninguna queja de los jefes», dice Bianchi.

Todos los viernes, Patricia Courdurier (37), mánager de Márketing en IBM, trabaja desde su casa. Además, esos días también los aprovecha para realizar trámites en el banco, entrenar y juntarse a almorzar sagradamente con sus amigas. «Para mí no ha sido difícil adaptarme, he aprendido a organizarme. En verdad me siento súper contenta y satisfecha de trabajar con esta flexibilidad», dice Patricia.

El teletrabajo también le ha dado la posibilidad de visitar a su hermana que vive en Atlanta cuando ha viajado por reuniones de trabajo a Estados Unidos: «Puedo hacer mis funciones desde su casa en forma remota y al mismo tiempo aprovechar de estar con mi familia».

Eduardo Moltedo (35), ejecutivo de riesgo financiero de Bci, también ha visto los frutos del teletrabajo. Aunque tiene que trasladarse desde Viña del Mar a Santiago tres veces a la semana, el resto de los días tiene permiso para trabajar de su casa.

Además de entregarle un teléfono inteligente, la empresa le instaló una pequeña oficina en su departamento, con un escritorio, un computador e impresora. El trabajo remoto le ha permitido ver más tiempo a su mujer, ir al gimnasio frecuentemente y no desgastarse. Eduardo sufre de una discapacidad física. «Siento que mi rendimiento ha mejorado porque puedo abarcar más tareas y estoy más descansado. En verdad lo veo como un aporte a mi calidad de vida».

Generación Y
Nacidos entre 1980 y 1996, estos jóvenes tienen amplio acceso a las tecnologías y están buscando empleos donde puedan conciliar su vida laboral y personal, además de organizar su propio tiempo con algunas jornadas no presenciales. Esa fue la conclusión del Ranking de Culturas Creativas Corporativas realizado por MMC Consultores y la Universidad del Desarrollo.

«El 82,7% de los jóvenes de entre 18 y 35 años señalan que quieren trabajar fuera de la oficina algunas horas o días a la semana. Sin embargo, solo el 3% de ellos trabaja así», dice Pedro Rivadeneira, coautor del estudio y psicólogo organizacional. «Creo que en estos momentos, con la reforma laboral, tenemos una gran oportunidad para modernizarnos en este plano».