Estudio muestra que el 72% tiene una percepción negativa de sus colegas.

Por Cecilia Yáñez.

En los primeros días de febrero, en Santiago, Valparaíso-Viña del Mar y Concepción-Talcahuano, se realizó una encuesta a trabajadores mayores de 18 años. En ella se les pedía pensar en una sola palabra que describiera cómo son los trabajadores chilenos: flojos, fue la sentecia más repetida.

La respuesta es parte del estudio “Diversidad Cultural y Meritocracia, Hacia mercados laborales inclusivos” preparado por Acción e Ipsos Public Affairs y que se publicará en los próximos días.

De hecho, los chilenos tienen una mala percepción general de sus colegas: el 72% le asigna características negativas como sacadores de vuelta o irresponsables.

Al presidente de Asexma, Roberto Fantuzzi, le preocupa este nivel de negativismo, pero cree que esa opinión de sí mismos tiene que ver con la desmotivación y falta de incentivos que tienen, y en ningún caso es real. “Los trabajadores chilenos son como cualquier trabajador. A mi me consta, no son flojos. Pero por años se lleva diciendo que son poco eficientes, que son sacadores de vuelta, pero si están motivados, trabajan muy bien”, dice.

Ignacio Larraechea, gerente general de Acción, que reúne a empresas comprometidas con la Responsabilidad Social Empresarial y el Desarrollo Sostenible, dice que el trabajador chileno ha incorporado la lógica del desempeño y la productividad como principal objetivo del trabajo. Se trata de la forma de pensar de los jefes. Por eso, al medirse a sí mismo y al resto de los trabajadores con esa mirada, se encuentra con que “no da el ancho”. Percibe que hay una brecha entre la lógica productivista de sus superiores y sus conductas. “La percepción negativa nos conecta con atributos introyectados por los trabajadores: sienten que son portadores -en términos personales- de falencias, de fallas que el ambiente laboral agranda y hace visibles”, dice.

Esta percepción se contrapone con la de lo “trabajadores que son los chilenos”, si se considera la cantidad de tiempo que dedicamos al trabajo. Según datos del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Chile es uno de los cuatro países de la OCDE que más horas trabaja al año en promedio, luego de México, Corea del Sur y Grecia.

María Angélica Zulic, gerente general de Laborum, cree que se trata de una cuestión cultural. “A las empresas en Chile les ha costado mucho la transición hacia el nuevo modelo de recursos humanos y de persona que tiene que tener una organización”. Hoy, las empresas no pueden ver a sus trabajadores como números, sino como una persona que tiene familia e hijos por los que también se tiene que preocupar la empresa, una persona con objetivos claros y definidos dentro del trabajo y que participa de la toma de decisiones compartidas, explica Zulic.

Claudia Aliaga, jefa de Empleabilidad de la Universidad del Pacífico, dice que hay que tomar cierta distancia en cuanto a hablar de esa percepción negativa como una visión de ellos mismos. “No necesariamente los encuestados están respondiendo desde su autopercepción, desde la autoestima; pueden estar haciéndolo desde la crítica por experiencias personales vividas con otros o del prejuicio respecto de algún colega, debido a su insatisfacción en lo laboral, etcétera”, señala la experta.

En esta percepción negativa pueden estar influyendo varias circunstancias, según afirma Aliaga: un mal jefe, un mal ambiente laboral, la falta de incentivos, un tema de la cultura del trabajo, prejuicios arraigados por mucho tiempo en nuestra sociedad y el tema laboral y la desconfianza mutua entre el empleador-empleado, menciona a modo de ejemplo.