Su mayor preocupación apunta a los artículos N° 159 y 161 del Código del Trabajo, relacionados con las causas legales del término de contrato.

Por Denisse Vásquez H.

La agenda laboral, despachada hace una semana por la presidenta Michelle Bachelet para su discusión en el Congreso, fue bien recibida y respaldada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Y si bien el proyecto fue calificado como histórico por la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, ella misma señaló que la tarea para mejorar el plan laboral chileno «aún no termina».

Sus palabras reflejan el sentimiento de los líderes sindicales de grandes empresas locales, que valoran el proyecto en general porque generarán los primeros cambios medulares en muchos años y ponen de manifiesto que hay capacidad de diálogo y los trabajadores pueden ser escuchados, sin embargo no quedaron del todo conformes.

Sus principales preocupaciones apuntan a las modificaciones que experimentarían los artículos N° 159 y 161 del Código del Trabajo -relacionados fundamentalmente con las causas legales de terminación de contrato-, pero no son las únicas.

Opiniones y experiencias
Manuel Díaz, presidente de la Federación Nacional del Trabajador Walmart, dice que si bien la agenda laboral es un avance, no responde a las expectativas propuestas históricamente desde el mundo sindical. A su juicio, los cambios relativos a la negociación colectiva deberían haber incluido el tema de remuneraciones y también cree que faltó agregar algunos puntos ligados a los derechos de los trabajadores en torno al manejo de los sindicatos por los beneficios de las negociaciones colectivas.

En la otra vereda, lo positivo para Díaz es que el gobierno se haya preocupado de conversar con los trabajadores y dirigentes sindicales para poder crear los proyectos de ley. «Este es un hecho valorable y es lo que realmente se necesita», recalcó.

Con todo, la principal inquietud para el líder sindical apunta a los cambios contenidos en el derecho a huelga y su aplicación en las compañías transnacionales como Walmart, especialmente después de su última experiencia de paro, oportunidad en la cual la empresa en vez de contratar reemplazos optó por cerrar los locales y perder las ventas. «Ni la mejor reforma laboral tendría efecto bajo el ejercicio que hizo Walmart respecto de la huelga de Líder, ahí hay una complejidad súper importante», sostuvo, señalando que dichas situaciones generan un vacío en la Ley que tiene que ser analizado en el parlamento.

Por su parte, el presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores del Holding Heineken CCU, Rodrigo Oyarzún, señala que tienen una visión positiva de los puntos principales de la agenda laboral, que representan avances pero no es todo lo que quieren como sindicato.

«Hay algunas cosas que creemos que faltan, por ejemplo, el tema de la negociación por ramas, hay cosas que no aparecen en la minuta y que creemos que estarán incluidas en el proyecto, algunas modificaciones al artículo 159 y 161 (del Código del Trabajo), el tema de los trabajadores públicos creo que es un tema que hay que abordar», detalló Oyarzún.

Otro punto que el líder sindical cree necesario incluir es la variación del IPC en el piso mínimo de la negociación y que en la ampliación del derecho a huelga se incluya el tema de los servicios mínimos.
«Creemos que está bien en los casos que haya peligro para la vida o situaciones de riesgo extremo se incluya el tema del servicio mínimo, pero en general en el resto de la industria creo que no se justifica», sostuvo.

A juicio de José Luis Ortega, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores, Homecenter Sodimac, al gobierno le faltó voluntad para lograr hacer un nuevo Código del Trabajo especialmente ahora que cuenta con el apoyo en el parlamento. «Hoy como nunca están los votos, la Nueva Mayoría tiene la posibilidad de legislar para un Chile mejor. Creo que los puntos (de la agenda laboral) son insuficientes, Chile se merece un nuevo Código del Trabajo», detalló.

Ortega, al igual que Oyarzún manifiesta que hacer modificaciones en el artículo 161 es medular en el caso de los trabajadores del comercio, al igual que otros puntos relacionados con los contratos, como temas de indemnizaciones y gratificaciones, inquietudes que ya han manifestado tanto a diputados como senadores.

«A nosotros nos interesa la discusión en el área chica, y los puntos que he nombrado, gratificaciones, tipo de contrato y despidos, son sumamente neurálgicos para nosotros», expone Ortega ante lo cual adelanta que como organización seguirán insistiendo en los cambios necesarios para el artículo 161 en el parlamento.

«De nada nos sirve tener derecho a huelga o titularidad sindical, si en definitiva terminado el proceso y los fueros 30 días después de una negociación colectiva, las empresas realizan ajustes a partir del artículo 161 y finalmente todo queda en letra muerta», dice Ortega.

¿Pie para más huelgas?
Una de las principales preocupaciones del mundo privado a raíz de la agenda laboral es el mayor poder que se estaría entregando a los sindicatos que podría generar más paralizaciones de laborales de las que hay actualmente, pero los dirigentes sindicales son enfáticos en manifestar que el objeto de la negociación colectiva no es la huelga, sino mejorar las condiciones laborales.

Bajo este escenario, Rodrigo Oyarzún señala que lo que busca la agenda laboral es poner igualdad de condiciones en la negociación colectiva, dado que «la balanza actualmente está inclinada a favor del empresariado».

«El objetivo de los trabajadores no es irse a huelga. La huelga es un instrumento al que se recurre si no hay acuerdo para mejorar las condiciones laborales, pero no es el objetivo en una negociación», concluyó.