A mediados de noviembre la Central Unitaria de Trabajadores solicitó a Hacienda y Trabajo una cita para aterrizar la reforma laboral, la cual se concretaría el próximo viernes. En paralelo, la CUT discutirá su rol independiente al gobierno de turno.

Por Pía Toro.

El próximo viernes 12 de diciembre a las 17.00 horas, en Teatinos 120 (edificio del ministerio de Hacienda). Esa es la fecha, hora y lugar que establecieron los ministerios de Hacienda y Trabajo para recibir a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y tratar la reforma laboral que ingresaría la última semana de diciembre al Congreso. El encuentro podría sufrir algunos ajustes debido a las agendas personales, aunque la idea de los involucrados es no postergarla más allá del próximo martes.

Esta invitación de las secretarías de Estado obedece a que a mediados de noviembre pasado, la multisindical solicitara una cita a ambos ministerios para aclarar el contenido definitivo de la reforma laboral, luego que en diversas actividades públicas los ministros dejaran entrever modificaciones que no estuvieron dentro de la mesa técnica con la CUT, y además se mencionara una gradualidad en la implementación de esta misma.

Desde la CUT esperan que el Gobierno sea más claro respecto a lo que quiere modificar del Código del Trabajo y presentar ante el Parlamento, sobre todo tras las resolución de la Corte Suprema en torno a que no se pueden reemplazar a trabajadores en huelga con empleados internos, contradiciendo así una de las principales propuestas de la reforma laboral del Gobierno.

También indican en la CUT que quieren aclarar lo que será la titularidad sindical, después que la ministra del Trabajo, Javiera Blanco (en un seminario de la Universidad Adolfo Ibáñez), dejara abierta la posibilidad de que el empleador pudiera negociar de manera individual los beneficios ganados por el sindicato, durante la negociación colectiva.

Ya con los contenidos más diseñados, la multisindical comenzará a desplegar su estrategia con los parlamentarios de la Nueva Mayoría, sin descartar reunirse con legisladores de otras corrientes con el propósito de levantar sus propias propuestas, que van más allá de los 9 titulares establecidos en el programa de Gobierno.

De hecho, y adelantándose a la situación, ayer la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, se reunió con representantes de la directiva de Revolución Democrática, para aunar pasos para lograr las reformas laborales que aspiran.

Al interior de la multisindical advierten que “una cosa es el programa de Gobierno, y otra es lo que quiere la CUT. Nuestra reforma es mucho más que los 9 puntos, también es modificar el artículo 161 (despidos por necesidad de la empresa), elevar sanciones a prácticas antisindicales, poner fin a las empresas estratégicas, entre otras”.

La CUT aspira a una reforma laboral histórica para el mundo sindical, que está cruzado por tensiones internas.

Qué pasa en la CUT

Desde la multisindical entienden que con el ingreso de la reforma laboral al Congreso se estará cumpliendo un hito histórico, pero para que ese hito pueda resultar, saben que la unidad al interior de la CUT es esencial para enfrentar el debate que se iniciará en 2015.

Sin embargo, la situación interna se ha complejizado bastante en el último tiempo, sobre todo con la entrada de su presidenta, Bárbara Figueroa, al conflicto que mantiene el Colegio de Profesores.

De acuerdo a fuentes internas, el hecho de que la CUT se vea tan condescendiente con las propuestas que está levantando la autoridad -lo que ya ocurrió con el acuerdo por salario mínimo- , sobre todo la figura de su presidenta, ha generado un clima de molestia en la multisindical. Clima, que incluso habría llevado a algunos dirigentes a dejar su cargo a disposición, advirtiendo que si no se contempla una mirada más integradora de los distintos actores, renunciarían a la mesa directiva.

Entre ellos estarían Arturo Martínez (secretario general) y Nolberto Díaz (vicepresidente).

A tanto ha llegado esta visión de condescendencia, que durante las últimas semanas, grupos disidentes a la gestión que ha hecho Jaime Gajardo en el Colegio de Profesores, han “funado” la sede de la CUT de Alameda e incluso habrían quebrado algunos vidrios a piedrazos.

A esto se suma, que dirigentes sindicales ligados al Partido Comunista (PC) habrían mantenido reuniones privadas con los ministerios de Hacienda y Trabajo, y con sectores del empresariado, lo que habría agudizado aún más las diferencias internas en la Central.

Sin embargo, los críticos a la gestión de Figueroa reconocen que la unidad será primordial para generar un “debate con altura de miras” de la reforma laboral.

Es por ello que hoy se desarrollará un comité ejecutivo con la idea de resolver las diferencias y poder consensuar un programa estratégico para defender los puntos de la CUT una vez que se envíe el proyecto.

La idea, dicen algunas fuentes más conciliadoras de la multisindical, es tener una visión única respecto a los detalles que se presenten, “y para eso es necesario poner al trabajador por sobre los intereses partidistas”.

Además como representante de los trabajadores, sostienen, no sólo buscarán tener incidencia en lo que será la reforma laboral, sino también en cambios previsionales, que se darían a conocer una vez que la comisión Bravo entregue su informe en agosto del próximo año.

Una redefinición de la conducción de la CUT que también está siendo replicada por otros gremios de sindicatos e incluso por el empresariado.