Desde España, donde participaba de la gira presidencial, la cabeza de los empresarios prefiere ser cauto ante las última declaraciones de la ministra del Trabajo. En todo caso, asegura que lo que más le preocupa hoy es el discurso que busca denostar al sector privado y quitarle espacio en áreas como la salud y la educación.

Por José Tomás Santa María.

Durante una semana el presidente de la CPC, Andrés Santa Cruz, acompañó a la Presidenta Michelle Bachelet en su gira por Alemania y España. Una gira que tuvo como uno de sus principales mensajes la invitación a los empresarios europeos para que inviertan en Chile.

Ya prácticamente concluido el viaje, y tras participar del Foro “Invertir en Chile”, organizado por el diario El País, Santa Cruz conversó con PULSO respecto de cuánto están afectando las reformas del gobierno el clima de inversiones.

“La gira ha sido muy positiva porque permite mostrar a Chile. Soy un convencido de que el éxito de Chile ha sido posible gracias a esta alianza público privada, y gracias a que siempre se ha privilegiado el diálogo y la búsqueda de acuerdos. Estas giras contribuyen también a atraer inversiones a Chile, y mientras se atraigan más capitales, a la gente le va a ir bien”, señaló.

Ese fue el mensaje principal del viaje: atraer inversiones, ¿sigue siendo Chile un país interesante para invertir?

Chile sigue siendo un país interesante para invertir. Tenemos el PIB per cápita más alto de Latinoamérica, con instituciones sólidas, con un sistema democrático de verdad. Sin perjuicio de lo anterior, en este proceso en el que hay una cantidad importante de reformas, se crean muchas incertidumbres. Más aún cuando todavía hay algunas que están pendientes.

Es decir, sigue siendo interesante, pese a que se han impulsado proyectos de ley que afectan directamente la rentabilidad de los proyectos…

Chile es un país que tiene políticas macroeconómicas serias, donde se sigue privilegiando la alianza público privada, con un sistema democrático de verdad, con una clara separación de los poderes del Estado. Chile tiene fortalezas económicas e institucionales importantes. Ahora, hay una serie de reformas, algunas aprobadas y otras en curso, y en cualquier país en que se intentan hacer muchas reformas se producen incertidumbres. Eso es una realidad.

¿Y esa incertidumbre pone en riesgo esto de lo que se ha hablado aquí: que Chile es un buen país para invertir?

Yo tengo plena confianza en la Presidenta de la República, es una persona seria, responsable, que ya gobernó Chile. Ella está preocupada, y así lo ha manifestado siempre, de que hay un tema de desigualdad que hay que abordar, y si no se aborda puede causar inestabilidad. Aquí no se van a cometer locuras, podremos tener discrepancias, pero en la medida de que se siga privilegiando el diálogo, y que se siga privilegiando la búsqueda de los acuerdos, sin lugar a duda a Chile le va a seguir yendo bien. Pero esa es la condición. La Presidenta ha dicho que aquí vamos a trabajar sobre lo que ya hemos andado y ya hemos construido, ella ha manifestado que aquí no hay una actitud refundacional. Eso es muy importante.

¿Ve en eso un cambio de discurso?

Es que en ella yo nunca he visto un discurso refundacional, hay algunos miembros de la coalición que tienen discursos refundacionales y que no contribuyen para nada a generar un ambiente de diálogo. Lo importante es cuidar las palabras, que todas las opiniones son válidas, y siempre tratar de privilegiar los acuerdos.

Hay indicadores, como el del Doing Business, que muestran que Chile ha caído del ranking de los países con facilidades para realizar negocios…

Son indicadores que nos ponen desafíos a mejorar, para así volver a recuperar el lugar que teníamos en el ranking. Más que pasarnos la cuenta respecto de por qué pasó, hay que ver cuáles son los desafíos.

¿Son esas incertidumbres las que provocan la desaceleración que vive la economía chilena?

En la desaceleración se combina el ciclo económico, y las incertidumbres que provocan una serie de reformas. Y por otro lado, hay declaraciones de personeros de la Nueva Mayoría cuestionando y denostando el papel del sector privado, y eso también contribuye a la desaceleración.

¿Cuánto le preocupa la reforma laboral?

Sí vamos a hacer una agenda laboral debemos preocuparnos de tres cosas: que hayan más y mejores empleos, y con mejores salarios. Y debemos ver cuáles son los instrumentos para eso. Y los temas que dicen relación con titularidad sindical y con reemplazo en huelga, no apuntan a lograr el objetivo que queremos.

La semana pasada la ministra matizó los aspectos de la reforma, lo que fue entendido como un cambio de discurso y un guiño al sector privado…

Más que el cambio de discurso, aquí de lo que hay que preocuparnos es que para hacer las cosas hay que tener claro primero cuáles son los objetivos y luego definir los instrumentos. Ese es el orden de los factores.

Pero concretamente la ministra dijo que respecto al tema de titularidad sindical, no será tal como lo entiende la CUT…

Hay que ver qué es lo que se termina enviando al Congreso. Una cosa son los discursos y las declaraciones, hay que esperar y ver cómo se traducen en un proyecto de ley.

Sigue creyendo, eso sí, que no es el momento para una reforma laboral.

Evidentemente que hay mejores y peores momentos, pero lo más importante es hacer las cosas bien. Si agregamos la desaceleracióny la incertidumbre que hoy enfrentamos, no se puede ni por un segundo arriesgarse a empeorar las cosas.

¿Coincide con algunos de los expositores de este seminario que han señalado que más que las reformas, les preocupa la implementación de ellas?

En la reforma tributaria el empresariado dijo que creíamos que había que recaudar fondos para invertir en la calidad de la educación, y por lo tanto que había que hacer un esfuerzo país, y que eso iba a tener un efecto en la inversión y en el crecimiento en el corto plazo, eso pasa cuando le resto recursos al sector privado. Ahora, si yo invierto esos recursos en calidad de la educación, en el mediano y largo plazo esos costos no sólo se van a revertir, sino que pueden producir una rentabilidad con creces. Lo importante es que invirtamos en calidad de la educación, y yo lamentablemente he visto que en la discusión educacional el tema de la calidad no es lo que ha estado presente.

¿Qué es lo que más le preocupa a usted y al sector empresarial en este momento?

A mi juicio ha subido el nivel de las descalificaciones, de la virulencia, y creo que todos los que tenemos responsabilidad en este debate tenemos que ser más cuidadosos, y eso es lo que me preocupa. Cuando aumentan las descalificaciones, los discursos donde las personas se sienten poseedoras de la verdad, eso no ayuda. Y hemos visto que una parte de ese discurso busca atacar y denostar al sector privado, y restarle espacio, esas son las señales preocupantes.

¿Tiene que ver más con el estilo, el tono, más que con un debate en particular?

Cuando hay personeros de la Nueva Mayoría que, a veces, denostan al sector privado, y tratan de quitarle espacio como está ocurriendo en el tema de la educación y como hay planteamientos en el tema de la salud, evidentemente que eso causa incertidumbre y eso no contribuye a generar un clima favorable a la inversión.

¿En pensiones también ve algo parecido?

Yo me refiero a dos, salud y educación, donde se quiere restar el papel del sector privado. Eso no contribuye a darle tranquilidad al sector privado.