Según estadísticas recientes, de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) Chile es el segundo país del mundo en el que más se trabaja.

Los países que están en vías de desarrollo, como Chile, tienen muchas características que pueden ser mejorables. Por ejemplo, se dedican más a la exportación de materias primas que a la producción de bienes. En términos culturales, me atrevo a sostener que uno de los paradigmas colectivos dominante es el creer que mientras más horas se permanezca en el lugar de trabajo, más produce la empresa. De hecho, muchas jefaturas miden a sus colaboradores no por lo que hacen en sus horas legales de desempeño, sino por aquello extra que está dispuesto a hacer sacrificando, por ende, su vida personal.

Las cifras en nuestro país son, al menos, preocupantes. ¿Cuánto trabajamos los chilenos? Según estadísticas recientes, de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) Chile se encuentra en el segundo país del mundo – después de Corea del Sur – que más trabaja, liderando dicho lugar en el ranking con 2.029 horas anuales. Esta situación es opuesta a la Unión Europea. Aquí están los países en que se trabaja menos, encabezados por Noruega, Alemania y los Países Bajos.

Lo impresionante de dicha estadística es que, al medir la productividad, nos encontramos entre los países con menos éxito, ocupando, también, el segundo lugar como el país menos productivo después de México. Un estudio de la empresa Gallup, muestra que entre el 75% y el 80% de las personas aportan por debajo de sus capacidades. La razón que entregan es que no se sienten felices en su lugar de trabajo[1]. Las personas que se sienten felices son más productivas en su trabajo, lo que, al final, se traduce en mayor rentabilidad. Una persona motivada está un 80% de su tiempo enfocada; una insatisfecha, sólo se concentra el 50% de su jornada laboral. Cifras como estas son clave para entender por qué cada vez son más los colaboradores que buscan “gefes”, los gestores de felicidad[2]. Un caso destacable es el de Göteborg, Suecia. Allí, las autoridades redujeron la jornada laboral a 6 horas y no bajaron los sueldos. Afirmaron que, con un día laboral más corto, los trabajadores “se sentirán mejor física y mentalmente”[3].

Tener chilenos felices y plenos en sus lugares de trabajo es un gran desafío para las compañías. No obstante, con medidas sencillas pero poderosas se pueden lograr cambios sustanciales. Aquí les comparto algunas de las claves eClass para la felicidad.

Jefaturas cercanas: si el liderazgo es influyente y afín, construirá equipos de trabajo y no grupos laborales. Esto genera confianza, fomenta la proactividad, el autoliderazgo y consigue que todos remen hacia las mismas metas que tiene la compañía.

Celebrar los pequeños y grandes logros: de esa manera, se mejora la moral del equipo, lo que, a su vez, aumenta la productividad. A todos nos gusta saber que somos apreciados. Estas celebraciones pueden ser simples: un bono, un almuerzo especial o un día libre. Así, el equipo aprende a disfrutar de los frutos del éxito.

Sentido trascendente: el equipo realiza el trabajo con una actitud reflexiva y emprendedora que lo lleva a valorar su trabajo más allá del tiempo y las circunstancias.

(1) Horarios flexibles de Trabajo (2) Tardes libres para los cumpleaños de los hijos (3) Flexibilidad para permisos (4) Escuela para Padres en horarios de oficina (5) Soporte en compras domésticas (6) Una mañana o tarde libre al mes durante todo el año (7) La posibilidad de tener la tarde libre en el día de su cumpleaños y de sus parejas.