Análisis de tasas de consumo en EE.UU.:

El incremento de impuestos al tabaco y leyes a favor de espacios libres de humo, junto con reducir el tabaquismo, también incidiría en la ingesta de ciertos tipos de alcoholes.

Por C. González.

Tabaco y alcohol suelen convivir sin problemas: está comprobado que los fumadores tienden a beber más que quienes no fuman y entre aquellos que consumen alcohol el uso de cigarrillos es mayor que entre los que no beben. Además, mientras más fumadora es una persona, más alcohol suele consumir.

Con tanta cercanía no parece extraño que cualquier intervención en uno de estos hábitos genere algún cambio en el otro. Así lo demuestra una investigación realizada por investigadores estadounidenses, que concluye que las medidas antitabaco, junto con reducir el tabaquismo, también inciden en el consumo de alcohol.

«En el período entre 1980 y 2009, el incremento en el precio de los cigarrillos y las restricciones a fumar en lugares cerrados, llevaron a una disminución en el consumo de alcohol per cápita «, explica Melissa Krauss, de la Escuela de Medicina de la U. de Washington y una de las autoras del estudio.

Los datos los obtuvieron al analizar las tasas de consumo de tabaco y alcohol a lo largo de treinta años en EE.UU. y los cambios registrados a medida que se incorporaban leyes contra el tabaquismo.

Así, por ejemplo, un incremento del 20% en el precio del paquete de cigarrillos llevó a una baja de 2% en el consumo de cerveza. En tanto que la incorporación de espacios libres de humo supuso una disminución de 4% y 11% en el consumo de cerveza y licores, respectivamente.

«Estos porcentajes son considerando a la población en general; el efecto entre los fumadores es mucho mayor», precisa Krauss, cuyo trabajo será publicado en la edición de octubre de la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research.

El doctor Rolando Chandía, psiquiatra de la Clínica de Adicciones Alfa y profesor asistente de la U. de Chile, explica que la relación entre ambas drogas es muy estrecha, ya que «estimulan las mismas vías de recompensa, potenciando el efecto o la sensación placentera al combinar ambos consumos».

Efectos colaterales

El año pasado, un estudio de la U. de Yale mostró que el aumento en los impuestos sobre los cigarrillos se asocia con reducciones «de modestas a moderadas» en la cantidad y frecuencia de alcohol consumido entre los fumadores.

Un fenómeno que, a juicio de los expertos, puede tener un impacto sanitario relevante en la población.

«La evidencia que existe a nivel internacional y la experiencia en Chile es que hay mayor prevalencia y niveles de consumo de alcohol entre quienes fuman y viceversa. Es difícil establecer la causalidad o la dirección de esa relación, pero es razonable pensar que la disminución de uno afecta al otro», dice Álvaro Castillo, jefe del Departamento de Estudios del Senda.

En el país, la actual reforma tributaria considera aumentar la carga de impuestos a los cigarrillos en los próximos meses.

«En nuestra realidad, el tema será más complejo de determinar, ya que carecemos de grandes estudios longitudinales para analizar esos fenómenos. Pero sí podremos estimar potenciales efectos», precisa Castillo.

«No es parte del objetivo de las medidas antitabaco, pero las políticas públicas tienen efectos colaterales -agrega-. Y uno podría esperar un efecto similar al observado en Estados Unidos».

Diferencias de gusto
En el estudio en EE.UU., las medidas antitabaco disminuyeron el consumo de ciertos alcoholes, como cerveza y destilados, no así el de vino. Para Melissa Krauss, una de las investigadoras, esto se debe a que la gente que prefiere la cerveza o licores tiende a ser más fumadora que quienes consumen vino. Además, «las personas que prefieren vino no solo fuman menos, sino que también suelen tener estilos de vida más saludables y más años de educación».