Crecería entre el 7% y el 8%, según la Nueva Mayoría:

Indican efectos en el tipo de cambio y en la inflación, y señalan que una política expansiva permanente dificultará el objetivo de llegar al balance estructural.

Por Mariana Penaforte.

Un presupuesto expansivo y contracíclico es el que anunciará el Gobierno la próxima semana, según ha adelantado el Ministerio de Hacienda.

De acuerdo con las estimaciones de economistas y de parlamentarios de la Nueva Mayoría, el gasto público crecería entre 7% y 8% en el erario 2015. Se trata de un alza importante frente al Presupuesto 2014, que consideró originalmente un aumento de 2,1% respecto de la ley de 2013, aunque hoy se estima que el alza del gasto efectivo llegará a 6,6%.

De concretarse las estimaciones, sería, además, la mayor expansión del gasto fiscal desde 2009, cuando llegó a 16,5%.

Los expertos coinciden en que un alza de esa magnitud podría tener efectos a la baja en el tipo de cambio y marginalmente en la inflación.

La economista de Libertad y Desarrollo Cecilia Cifuentes señala que un alza excesiva del gasto, como ocurrió en 2009 por la crisis, ayudó a que el tipo de cambio pasara de niveles cercanos a $640 a $500 durante ese año. Ello, sostiene, perjudica al sector exportador y a la industria que compite con las importaciones y que generalmente son rubros que «lideran en la recuperación».

Guillermo Pattillo, académico de la Usach, dice que si el crecimiento del gasto está centrado en gasto corriente, es muy difícil ajustarlo después. Por otro lado, si se enfoca en gasto de capital (inversión), tiene implementación compleja, y los efectos sólo se notan en el largo plazo.

Sebastián Senzacqua, de BICE Inversiones, señala que una expansión del gasto es adecuada frente al momento que vive la economía chilena y que el riesgo radica en si la política fiscal expansiva sigue para el próximo presupuesto, lo que puede dificultar el objetivo de llegar al balance estructural en 2018, como lo propuso el Gobierno.

«La economía está en una parte baja en términos de actividad, por lo que un gasto expansivo sí podría contribuir a generar cierto impacto positivo, más aun si se enfoca en partidas de gasto que no han mostrado un desempeño importante, como es el caso de la inversión en capital», dice Senzacqua.

«La política fiscal óptima es aquella que es estable y acíclica», opina Pattillo, por su parte.

Desde los gremios empresariales señalan que una política contracíclica no «resuelve el problema de fondo», que está radicado en el deterioro de las expectativas y la baja demanda interna. Señalan que un presupuesto reactivador funciona más bien cuando los factores que inciden en la desaceleración son mayormente externos, lo que, según dichas fuentes, no es el caso de Chile.

Reforma tributaria

Cifuentes explica que el gasto crecerá en gran parte por la ayuda de la reforma tributaria, que recaudará unos US$ 2.300 millones el próximo año. Afirma que sin dichos ingresos, el gasto tendría espacio para avanzar solamente entre un 3% y un 4%.

«Es un contrasentido. Primero se hace una reforma que genera una desaceleración económica, y ahora la gastamos para reactivar la economía», cuestiona Cifuentes.

Una opinión distinta tiene Senzacqua. Afirma que los dos temas «van un poco de la mano» y que las platas de la reforma se gastarían en iniciativas de inversión en infraestructura.

Pattillo indica que es poco probable que la reforma educacional esté aprobada durante el próximo año y que, por ello, los dineros de la recaudación tendrán fines múltiples.

»Si el gasto público crece un 8% significa que estarán gastando recursos de la reforma tributaria, que no se hizo para reactivar la economía».

CECILIA CIFUENTES
ECONOMISTA DE LIBERTAD Y DESARROLLO

»La política fiscal óptima es aquella que es estable y acíclica».

GUILLERMO PATTILLO
ACADÉMICO DE LA USACH

»La economía está en una parte baja en términos de actividad, por lo que un gasto expansivo sí podría contribuir a generar cierto impacto positivo».

SEBASTIÁN SENZACQUA
ECONOMISTA JEFE DE BICE INVERSIONES