Todos los días muere una persona realizando labores a cambio de un salario en Chile. Un 25% de ellas fallece en los trayectos desde y hacia sus trabajos. La tasa de accidentes laborales es alta, y apenas un 50% de nuestros trabajadores cuenta con seguro para protegerse de este tipo de eventualidades.

En este contexto poco alentador, la Mutual de Seguridad CChC y la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) acaban de lanzar un concurso para emprendedores, con el objetivo de encontrar soluciones innovadoras para promover la seguridad de los trabajadores.

Dicha iniciativa es loable pues se persigue dos objetivos concretos. En primer término, proteger los bienes más preciados de las personas, como lo son la salud y la vida. Y en segundo lugar, cimentar un camino de estabilidad y desarrollo para las empresas, pues sabemos que un trabajador seguro, sano y feliz, es un trabajador más productivo.

Para graficar la importancia de contar con buenas medidas de protección para nuestros trabajadores, podríamos hacer una analogía entre las empresas y el cuerpo humano, donde los trabajadores son el corazón, el órgano más importante que trabaja incesantemente y que mantiene vivo este cuerpo.

Tomando ese ejemplo, podemos afirmar que trabajadores descuidados y en peligro dentro de una compañía equivalen a un corazón en constante riesgo de infartarse. Entonces, el cuidado de nuestros trabajadores propone dos grandes ventajas. La primera de ellas, evitar el colapso o infarto de nuestros emprendimientos, pymes o empresas. Y la segunda -más importante- es entregar dignidad y respeto a quienes trabajan con nosotros, validando sus derechos como trabajadores y como personas.

Aún resta mucho trabajo por hacer. Es necesario trabajar unidos, la sociedad civil, los sindicatos y el Estado para proteger el emprendimiento y las pymes chilenas, que son el principal motor de movilidad social y la principal fuente generadora de empleo. Solo así, podremos mejorar la calidad de vida de nuestros trabajadores, que son el corazón de Chile.

Es necesario trabajar unidos la sociedad civil, los sindicatos y el Estado para proteger el emprendimiento y las pymes chilenas, que son el principal motor de movilidad social y la principal fuente generadora de empleo. Solo así podremos mejorar la calidad de vida de nuestros trabajadores.