Economistas plantean algunos reparos en nuevo texto
Cita privilegios al pago del FUT histórico; impuesto a autos nuevos y beneficios solo a ciertas pymes, entre otros.

Por LINA CASTAÑEDA.

Para el economista y director de empresas, Bernardo Fontaine, con las indicaciones introducidas al proyecto de ley de reforma tributaria, lo que hay es una nueva reforma, mejor que la propuesta inicial del Gobierno, que en su opinión estaba técnicamente mal hecha.

Dice que en general las indicaciones registran lo que se estableció en el protocolo de acuerdo del Gobierno con la oposición. No obstante, agrega que hay algunas novedades que le merecen reparos, que deberían ser revisados hoy en la Comisión de Hacienda del Senado.

«Los pasos que vienen son revisar con mucho cuidado y detalle cómo va a quedar este nuevo sistema tributario e intentar que en la discusión de la Comisión de Hacienda se puedan corregir o perfeccionar todos aquellos errores que surjan de esta lectura», señala.

En las indicaciones se estableció que las pymes podrán pagar el IVA con un desfase de 60 días a contar de 2015, con la posibilidad de reinvertir utilidades ahorrando hasta $27 millones de impuestos, pero eso solo quedó circunscrito a ciertas pymes, lo que Bernardo Fontaine considera que debiera ser revisado.

Una de las novedades en las indicaciones es que se aplica un impuesto a la compra de automóviles nuevos, lo que, según el experto, no tiene ninguna justificación técnica, toda vez que ya existe un gravamen elevado a la bencina, que está asociado a la contaminación y congestión vehicular.

Otra novedad es que se estableció un mecanismo para retirar anticipadamente el Fondo de Utilidades Tributables (FUT). Fontaine piensa que esto hay que estudiarlo bien, porque la propuesta contempla una fórmula compleja. Su lectura es que el Gobierno está proponiendo que los retiros extras que hagan los dueños de empresas en 2015 paguen una tasa de impuesto menor a la que hoy estipula la ley. Establece una tasa de impuesto máxima del 32% para ciertos casos y de la mitad del impuesto para otros, versus 40% que es la actual tasa máxima, explica.

«Yo prefiero que todos los chilenos paguemos los impuestos que corresponde, sin privilegios y que se mantenga el incentivo a mantener las utilidades dentro de la empresa, trabajando, produciendo y generando empleo y no que haya incentivos a retirarlas», precisa.

Por otro lado, el economista cuestiona la discriminación que se produce al establecer que los inversionistas extranjeros cuyos países de origen tienen con Chile un convenio para evitar la doble tributación tienen una tasa de 35% en comparación a inversionistas de otros países que no tienen ese convenio, como Estados Unidos, cuya tasa es de 44,5%, que no puede descontar como crédito el 100% del impuesto pagado en primera categoría, sino solo el 65%. No solo se discrimina entre extranjeros, también se discrimina a los chilenos, quienes deben tributar con un 44,5%. «Eso podría llevar a incentivar que los chilenos se disfracen de extranjeros», advierte.

Otra desigualdad es que una persona puede tributar por su sueldo una tasa máxima de 35%, pero si tiene acciones y recibe dividendos, la tasa impositiva es de 44,5%. «Lo correcto es que las personas tengan la misma tasa de impuesto, independiente de cuál sea la fuente de ingresos», argumenta el experto. En su opinión se podría establecer que al menos las personas cuya tasa impositiva no es la máxima puedan tener como crédito el 100% del impuesto que pagó la empresa, en lugar del 65%.

REVISIÓN

El equipo técnico que asesora a RN está revisando el texto con las indicaciones.

»Por supuesto no es la mejor reforma tributaria que uno podría haber hecho. Va a tener efecto negativo sobre la economía y en definitiva lo vamos a pagar todos».