Daniel Hurtado, presidente del gremio dice que ha bajado la gente empleada en el rubro.

Por Tamara Flores Toledo.

Encontrar minutos libres en la agenda de Daniel Hurtado es una tarea compleja. Su jornada transcurre de reunión en reunión, y no podría ser de otra manera para el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, sector que este año ha debido enfrentar más turbulencias de las presupuestadas a fines de 2013.

A pesar de las múltiples nubes negras que empiezan a agolparse en el horizonte del rubro, Hurtado no pierde su tranquilidad. No lo perdió, tampoco, cuando a mitad de año el gremio recortó sus proyecciones de inversión en el sector, pasando de 4% a 1,1%, debido al menor dinamismo de la infraestructura y la vivienda, alejándose definitivamente de las tasas de 9% vistas en 2011 y 2012.

Tampoco pierde la calma al hablar del aumento en el desempleo que va a enfrentar su sector hacia fines de año, cifra que rondará el 12% y que hoy se encuentra en 9,1%. Pero que no denote su preocupación no quiere decir que no la sienta. El futuro del sector construcción le preocupa. Y mucho.

El sector construcción es un buen termómetro de la actividad ¿Cuáles son los puntos de alerta que advierte hoy?

En infraestructura privada, nos preocupa la productividad.Creemos que ha ido cayendo muy fuertemente y principalmente producto de la legislación laboral. Nos preocupa la energía. Con el valor de la energía y con la poca disponibilidad, se han caído varios proyectos importantes de inversión minera. El tema medioambiental también ha sido complicado en término de las aprobaciones de los impactos ambientales.

¿A qué se refiere con el impacto de la legislación laboral en la productividad?

En lo que es inversión productiva privada -minería por ejemplo- la restricción a la polifuncionalidad ha sido un tema que ha disminuido la productividad. Por ejemplo, si a un chofer de camión minero se le pincha una rueda, como no es mecánico, no la puede cambiar y tiene que esperar a que llegue el mecánico desde la faena. Ahí hay pérdida de tiempo y recursos, que redunda en pérdida de productividad. En otras partes del mundo, los equipos de trabajo son más reducidos y con más funcionalidad, lo que se refleja en el costo.

¿Hay otros factores a nivel normativo que puedan generar contratiempos en la industria?

Hay un tema que nos podría complicar a futuro. Hay una normativa (normas de Basilea III) que podría aumentar las provisiones de la banca para los créditos hipotecarios, lo cual creemos que sería muy perjudicial para el mercado.

En Chile, las garantías hipotecarias son de muy buena calidad. El porcentaje de cumplimiento es altísimo. Si se aumenta la provisión, habría un incentivo muy bajo por parte de los bancos a dar crédito hipotecario y especialmente en los tramos de crédito de menor monto. Hasta el día de hoy, los bancos se autorregulan, pero hay temor que venga la norma de la superintendencia.

¿Es innecesario entonces cambiar de modalidad?

La mayor demostración de la solidez de la banca se dio en 2008, donde hubo una debacle mundial a nivel de bancos y Chile superó bien ese proceso. La tendencia debiera ser ir disminuyendo las provisiones.

PROBLEMAS Y SOLUCIONES

A mediados de año, la CChC recortó las proyecciones de crecimiento de la inversión ¿qué pasará con el empleo?

Nos preocupa a nivel de Cámara que el 9,1% de cesantía que hay hoy, pueda llegar a 12% en el sector hacia fin de año, si no se hace alguna política contracíclica. Ha caído la cifra de gente empleada y de los que buscan trabajo en el sector. La formalidad está negativa y aumenta el trabajador informal, coincidente con los planes de protección del patrimonio familiar, que son subsidios de pequeños montos para la reparación de la vivienda, son trabajos informales, los hace un maestro y no una empresa constructora. Mirando a futuro, no es bueno, por la estabilidad laboral y por la previsión de salud y pensión del trabajador.

¿Ese desempleo se genera porque hay menos obras grandes o porque se tiende a la eficiencia de costos dentro de las obras y por ende, se contrata menos gente?

No ha habido disminución de obras grandes en desmedro de las medianas o chicas. Este año vamos a crecer 1%, hay una tendencia a crecer menos, pero eso es independiente del tamaño de la obra. Sin embargo, el total de obras es menor, por eso creemos que el desempleo en el sector va a aumentar.

¿Se puede revertir esta situación?

Estoy convencido que lo que se hizo el 2008 es lo que hay que hacer ahora. Ese año, frente a la crisis internacional, hubo una política contracíclica muy importante en Chile, con grandes inversiones en infraestructura y en proyectos de viviendas, que generaron 35.000 viviendas, donde en dos meses se llenaron los cupos asignados por el gobierno.

Hoy, con el anuncio que ha hecho el gobierno de los US$ 28.000 millones en infraestructura, dentro de los cuales están los US$ 9.600 millones en concesiones, creemos que es muy importante que eso se transforme en realidad y lo antes posible.

También es importante que los subsidios se puedan cobrar. Lo otro son los créditos hipotecarios. Mientras más se restrinjan, menos posibilidad hay de que los subsidios se hagan realidad. Las personas tienen que ser pobres para recibir un subsidio y no ser pobre para que les den el crédito. Claramente, en la normativa hay algo que no funciona.

Mucho se habla de la confianza de los inversionistas. Considerando los cambios tributarios, la judicialización en el sector, ¿cómo se hace para recuperarla?

Hay dos puntos principales: solucionar el tema de la energía, porque sin ello se ve difícil un incentivo o certeza. Y a nivel interno e internacional, el tema de la certeza jurídica, tanto en cumplimiento como aceptación de los informes de impacto ambiental y permisos de edificación. En el fondo, tener reglas de juego claras.