Julio Salas no habría estado de acuerdo en que OTEC con fines de lucro fueran parte de programas de capacitación:

La salida habría sido por fuertes discrepancias con la ministra Javiera Blanco. Sin embargo, del Gobierno señalan que la razón sería que el directivo no quiso participar del concurso de Alta Dirección Pública.

Por María Paz Infante y Pablo Obregón.

Luego de la entrevista del director nacional (provisional) del Sence, Julio Salas, ayer en «El Mercurio», el Ministerio del Trabajo le habría pedido la renuncia al directivo, producto de discrepancias entre Salas y la ministra del Trabajo, Javiera Blanco.

La entrevista a «El Mercurio» habría llevado al límite, según trascendió, una crisis que ya existía entre las autoridades del Ministerio del Trabajo y el director de esta repartición, dependiente de la subsecretaría de la cartera. Finalmente Salas habría hecho caso omiso de la estrategia planteada por el Ministerio del Trabajo, avanzando con sus propios planteamientos.

Las diferencias de fondo se referían a los objetivos en cuanto a los programas de capacitación, donde Julio Salas estaba en desacuerdo con que los OTEC -institutos que imparten cursos financiados a través de la franquicia tributaria Sence- con fines de lucro fueran parte de los programas de Gobierno.

Según trascendidos, el director del servicio tenía, entre otras, una diferencia hacía tiempo con la ministra porque existiría un cuestionamiento por parte de Salas hacia el mercado de los OTEC, en el sentido de que serían poco transparentes y además obtendrían muchas utilidades que derivan de fondos públicos. El planteamiento que tenía Salas radicaba en que se privilegiaran las organizaciones sin fines de lucro, que podrían prestar el mismo servicio y cumplir la meta, sin que se generara tanto dinero en utilidades. Fue ahí, entonces, donde se produjo una discrepancia porque el gabinete de la ministra Blanco no habría discriminado entre OTEC con y sin fines de lucro.

Otro problema era que muchos OTEC son sostenedores de colegios subvencionados, entonces quitarles la subvención y fiscalizarlos le habría ocasionado mucho conflicto al Ministerio del Trabajo y Salas no habría compartido la estrategia.

Frente al caso el subsecretario del Trabajo, Francisco Díaz, entregó una versión totalmente distinta respecto de las razones de la salida de Salas. La autoridad de la cartera aseguró que se debía a que Salas no habría querido participar del concurso de Alta Dirección Pública, decisión que tendría molestas a las autoridades del ministerio. «Nosotros compartimos en un 100% los contenidos de la entrevista y de hecho hubo un plan de fiscalización que fue conversado y compartido al interior de la subsecretaría», señaló Díaz.

Sistema en revisión

El Sence navega por aguas agitadas desde que, en 2011, la Comisión Revisora del Sistema de Capacitación -integrada por los economistas David Bravo, Dante Contreras, Osvaldo Larrañaga y Sergio Urzúa, entre otros- señaló que la capacitación que se realiza a través de la franquicia tributaria no cumple con las condiciones necesarias para justificar su financiamiento con recursos públicos, debido principalmente a que hay un sesgo en la cobertura hacia las grandes empresas y los trabajadores de mayores ingresos.

En 2013, la industria de la capacitación sufrió un segundo fuerte remezón: el Sence implementó al menos doce cambios profundos al sistema; eliminó de sus registros 92 mil cursos que se estimó no aportaban a una real capacitación de trabajadores, y bajó el valor de las horas de clases a la mitad para los cursos de e-learning , pasando de $4 mil por hora a $2 mil.

Estos cambios significaron para la industria una merma de recursos de US$ 70 millones.

Los OTEC esperaban que con el arribo de las nuevas autoridades los cambios se atenuaran. Pero no. A fines de mayo, el Ministerio del Trabajo hizo su primer anuncio en materia de capacitación laboral: dijo que pretende capacitar a 450 mil personas en cuatro años como parte del programa de formación «+ Capaz», para lo cual invertirá unos US$ 1.046 millones al 2018.

Este año, los cursos serán impartidos por liceos técnicos y por los OTEC que integran el registro especial del Sence, que son solo unos 33 organismos sin fines de lucro. El próximo año, se incorporarán grandes centros de formación profesional, como Duoc e Inacap, pero todavía no hay una definición conocida sobre la incorporación de los OTEC con fines de lucro (unos tres mil institutos).