El sueldo se suele exagerar y dicen que ganan lo que les gustaría ganar

El manejo de idiomas, títulos obtenidos y logros de otros son las falsedades más comunes en las cartas de presentación de los trabajadores que buscan empleo.

Por D. Paleo y M. Cominetti.

Scott Thompson, ex CEO de Yahoo; Dave Edmondson, ex CEO de RadioShack, y Jeff Papows, ex CEO de Lotus, tienen algo más en común que el haber dirigido tres multinacionales: todos mintieron en sus currículos, sus engaños fueron descubiertos y debieron renunciar. Una historia que no solo se da en grandes corporaciones internacionales, sino también en mercados como el chileno. Según un estudio de la Association of Executive Search Consultants, cerca del 90% de los CV contienen una mentira o exageración. En nuestro país, en tanto, el 50% de los profesionales que postulan a cargos de jefatura baja o media contienen alguna falsedad en sus credenciales; mientras que en cargos de nivel alto, ese porcentaje baja a cerca de 30%, pues se trata de un grupo reducido y, por lo tanto, sus antecedentes son conocidos, según datos de Entrepreneur. «Las mentiras varían de acuerdo al cargo al que aspire el ejecutivo», dice Fernando Vigorena, director de la consultora.

Expertos coinciden en que el ítem principal en el que mienten los chilenos es en el manejo de idiomas, sobre todo inglés, llegando a un 60% de ejecutivos que lo hacen, según DNA Human Capital. El managing director de esa consultora, Murilo Arruda, cuenta que considerando los tres países en los cuales tienen operaciones, excluyendo Brasil, los chilenos son los que más «adornan» su CV, seguido de Perú y Argentina.

«Es frecuente encontrarse con personas que se presentan como ingenieros cuando en realidad no han terminado la carrera», dice José Fernández, socio fundador de Stratos Executive Search.

Arruda comenta que normalmente las personas hacen una proyección de lo que les gustaría ser, aunque John Byrne, de Boyden, afirma que estas prácticas son graves e inmediatamente descalifican al candidato para ese u otro puesto, ya que «queda registrado como una persona no confiable».

Las más recurrentes

1 Dominio de idiomas : Es la más popular y también la más fácil de identificar. Es habitual que las personas nivelen hacia arriba y coloquen que tienen conocimiento de idiomas que desconocen, o que posean un nivel más elevado del que se tiene. «Uno de los temas recurrentes es poner que se maneja un inglés avanzado, cuando en realidad se tiene uno básico o intermedio», dice Fernando Vigorena. Esto es fácilmente comprobable, ya que un simple test o conversación son suficientes para chequear la veracidad.

2 Estudios no realizados o no terminados . Muchos candidatos agregan estudios de pregrado que no han completado y también está la creciente «moda» de incluir posgrados que no tienen, especialmente de universidades extranjeras, ya que piensan que no son verificables, pero la verdad, dice John Byrne, es que sí se verifican como se hace también en Chile. «A veces también se miente en el conocimiento de temas más duros como usuario ERP, Office, PhotoShop», cuenta José Fernández.

3 Logros y exagerar funciones : La exageración de competencias es común, según los expertos, pero no siempre se sustentan, especialmente si se le pide al candidato especificar sus atribuciones y la de los demás envueltos en el proyecto. También se asignan responsabilidades y cargos haciéndolos parecer más importantes de lo que son, o bien se adjudican como logros personales aquellos que son del equipo.

4 Omitir o cambiar detalles : Estirar algunos meses de permanencia en el empleo anterior es otra práctica común que destacan los expertos. Se suelen cambiar las fechas de inicio o término de los trabajos o se omite a aquellas empresas en las cuales se trabajó por poco tiempo.

5 Motivo de la salida de la empresa : Es común que los candidatos que postulan a un nuevo empleo afirmen que fueron despedidos del anterior porque hubo una reestructuración o porque el sector donde actuaban fue extinto. Para evitar que un posible error del pasado influya en la conquista de un nuevo empleo, es mejor limitarse a decir que no estaba siendo válido el empleo, ni para usted ni para la empresa, dicen los expertos. En general, problemas de adaptación cultural son justificaciones legítimas.