Personas no saben que también tienen responsabilidad penal al utilizarlas:

En dos años, 73 facultativos han pagado en total cerca de $51 millones en multas por defraudar al sistema. En el Colegio Médico dicen que este delito está disminuyendo.

Por Carlos Said.

En Chile, el uso de licencias médicas fraudulentas es un delito que contempla penas económicas y de cárcel, y que no distingue entre el emisor y el receptor del documento. Por ello, tanto el médico que lo firma como la persona que lo usa cometen la misma infracción.

Pero un informe de la consultora Inmune sobre la percepción del uso fraudulento de licencias detectó que el 70,5% de los encuestados cree que el único culpable de este delito es el médico.

Cuando se consulta si los pacientes tienen algún grado de responsabilidad, menos de la mitad está de acuerdo y el 55,5% opina que «las ineficiencias del sistema de salud» obligan a recurrir a este método.

Para Rodrigo Varela, abogado de Inmune, esto pasa porque «la gente entiende que el médico, al ser profesional, debería ser más estricto en la entrega de una licencia. Los pacientes se lavan las manos y dicen ‘si el profesional me la dio, es responsabilidad suya, no mía'».

El informe detectó que pocos perciben el uso de licencias fraudulentas como un delito: solo el 60,3% de las personas cree que lo es, el 21,8% estima que es una falta grave, el 15,9% opina que a veces es justificable y el 2,1% lo considera un acto legítimo.

Al presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, le preocupa la poca conciencia que tienen los usuarios que presentan una licencia fraudulenta de su responsabilidad. «Aquí es seguro que participan los médicos, pero también los pacientes, y sería importante que ambos reciban sanciones fuertes», dice.

Paris advierte que esto no exculpa a los facultativos: «El médico tiene que dar la prescripción luego de haber hecho un diagnóstico. No puede estar detrás de un escritorio firmándolas por montones con una finalidad económica».

Los resultados de la encuesta muestran que el 63% de la gente cree que las licencias fraudulentas son muy utilizadas. Eso, pese a que Paris explica que este fraude ha disminuido en el tiempo, y «cada vez los médicos tienen más conciencia del problema».

Según cifras de la Superintendencia de Seguridad Social, desde 2012 solo 73 facultativos han sido multados por firmar documentos sin razones médicas, debiendo pagar, entre todos, un total de 1.227 UTM (cerca de $51 millones).

En 2013, en tanto, a seis profesionales se les suspendió su facultad de emitir licencias durante 30 días por defraudar reiteradamente al sistema. En lo que va de 2014 se registran tres casos.

Paris cuenta que el Colegio Médico y el Ministerio del Trabajo han hecho charlas sobre el tema a los profesionales y explica que al revisar los nombres de los médicos que cometen el delito, es posible verificar que «la mayoría no está colegiado y no se somete al código de ética del gremio».

Para Rodrigo Varela, la solución también pasa por educar a la población en que el uso de la licencia médica fraudulenta «es un delito, que nos afecta a todos, porque todas son pagadas con las cotizaciones de los chilenos».