Si hasta el año pasado la frase «hay vacantes» figuraba en varios sectores de la economía, con la desaceleración económica tomando nuevos bríos el escenario empezó a cambiar y ya hay pérdidas de cupos laborales en algunos frentes.

Por Nicolle Peña.

Si bien la tasa de desempleo nacional sorprendió en el último trimestre móvil correspondiente a febrero-abril, al bajar de 6,5% a 6,1% en 12 meses, detrás de ese porcentaje comienza a evidenciarse una realidad más acorde con la desaceleración económica que vive el país.

Lo más sintomático es que de los 168 mil empleos creados en el último año, casi el 78% (130.830) fue para trabajadores por cuenta propia, más conocido como empleo independiente. Son ocupaciones que no tienen la formalidad ni las prestaciones sociales que conlleva un contrato de trabajo, y sobre las cuales no existe una diferenciación entre quienes son emprendedores como tales y quienes desempeñan esa actividad como un medio de subsistencia.

Hasta noviembre del año pasado, en cambio, más de la mitad de las nuevas plazas laborales eran asalariadas.

“La desaceleración de la economía que se viene registrando desde el año pasado está teniendo un efecto en la calidad del empleo”, reconoció el subsecretario del Trabajo, Francisco Javier Díaz.

Así, mientras el empleo por cuenta propia anotó su tercera alza consecutiva, 8,8%, siendo además la mayor del año, los asalariados tuvieron su menor expansión desde que se realiza la nueva encuesta de empleo (2010): 0,75%, proporción equivalente a 41.290 puestos.

En el último trimestre móvil, por la estacionalidad negativa, agricultura perdió poco más de 32 mil ocupaciones, mientras que en construcción hubo 24 mil plazas menos -la primera caída en este rubro desde que se efectúa la medición- y en intermediación financiera, 16 mil fuentes de trabajo menos.

“Un inusualmente alto crecimiento en el empleo por cuenta propia difícilmente puede sostenerse en el tiempo. Cuando se pierden empleos en el sector más formal es habitual que se incremente el empleo por cuenta propia, que muchas veces significa sólo un pequeño número de horas trabajadas al mes”, advirtió Tomás Izquierdo, gerente general de Gemines.

De hecho, los datos del INE muestran que el incremento de los ocupados en el último año se concentró entre quienes trabajan entre una y 30 horas a la semana, a tiempo parcial. En contraste, el segmento de los que se desempeñan en el tramo de 45 horas descendió de manera más acentuada que en los períodos previos.

Otro reflejo de la menor estrechez en el mercado laboral es el cambio que están constatando algunos sectores en la demanda por trabajadores. Los letreros “no hay vacante”, por ejemplo, comenzaron a aflorar en la construcción.

De acuerdo con David Bravo, académico de la UC, se observan cambios que denotan una incipiente desaceleración en el mercado laboral.

“Construcción es un sector que tiene gran importancia, porque más allá de la contratación directa, lidera la actividad. Entonces, cuando hay un boom, el sector construcción comienza antes y lo mismo ocurre cuando se acerca una desaceleración. En el mercado laboral de la construcción ya hay indicadores de que el empleo está cayendo, lo que tal vez adelanta algo de lo que se verá a nivel más global en el segundo semestre”, afirmó el economista de la Universidad Católica, David Bravo.

“La búsqueda de trabajadores ya no es tan difícil. La escasez de trabajadores ya no es tema para el sector”, aseveró el gerente de estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, Javier Hurtado.

La mayor holgura para encontrar mano de obra, agregó el ejecutivo, se ha traducido en menores presiones salariales. “Al haber mayor disponibilidad, ha bajado la incidencia de la mano de obra en el costo total”, acotó.

En efecto, en marzo las remuneraciones reales crecieron 2,2% en 12 meses, menos de lo que exhibían en los dos registros previos.

También se redujo la contratación en minería. En relación con febrero-abril de 2013, los ocupados del sector retrocedieron 3,2%, lo que implicó casi ocho mil trabajadores menos. “Si bien es cierto que el empleo en la minería ha caído marginalmente respecto de 2013, es preciso tener en cuenta que las ocupaciones en este sector productivo requieren alta calificación y esta industria continúa requiriendo trabajadores altamente capacitados, particu- larmente para la operación de los equipos y la mantención de estos activos”, señaló Alvaro Merino, gerente de estudios de la Sociedad Nacional de Minería.

De todos modos, Merino aclaró que si bien el factor trabajo no es intensivo en el rubro -emplea sólo al 3% del total de 7.921.870 ocupados del país-, por cada empleo directo en el sector se generan tres indirectos. Por ello, afirmó que de la minería dependen un millón de puestos de trabajo.

Al igual que Bravo, Francisco Klapp -investigador del programa económico de Libertad y Desarrollo- postula que la economía local aún se encuentra en torno al pleno empleo, pero con niveles de participación demasiado bajos. Concuerda en que se están observando las primeras señales de un mercado laboral menos dinámico producto del menor crecimiento, lo que se notará en las remuneraciones.

Así, según los expertos, las bajas cifras de desocupación irían en retirada en los próximos meses. Es más, a nivel de gobierno se trabaja con un escenario en que la tasa de desempleo nacional podría alcanzar un peak de 8% este año. Para hacer frente a esta situación ya se han tomado algunas medidas, como dejar sin efecto la limitación temporal de los empleos de emergencia que había efectuado la administración anterior.