Desde intoxicación hasta problemas con el dentista. Todo sirve para capear las obligaciones.

Por Francisca Vargas V.

Sacar la vuelta en la pega, estar aburrido, estresado y desmotivado a tal punto, que una mañana cualquiera se toma la decisión de no ir a trabajar, y llamar por teléfono fingiendo una dificultad, no es habitual, pero ocurre y más de lo que se cree.

¿Por qué se llega a la mentira y no se enfrenta la realidad?

Para Paulina Peña Calvo, psicoterapeuta transpersonal y EFT Trainer las excusas expresan una resistencia interna a algo no resuelto, a una incomodidad y una idea del trabajo como esfuerzo que a veces se hace imposible de cumplir.

“En nuestra sociedad, el trabajo es una manera de identificarnos, de generar aceptación y sentirnos validados. Pero también hemos aprendido que el trabajo resta libertad, que es un esfuerzo y que dejo de ser yo por muchas horas diarias, para generar los recursos que puedan facilitarme ser feliz”, explica.

Sin embargo, enfatiza que son ideas o creencias que se crean en la mente y que luego se transforman en realidades difíciles de zafarse. Como por ejemplo, dice, si se piensa que expresar las emociones frente a los demás será criticado, lo será.

“Y si pienso que para que se valide el no trabajar debo inventar excusas si es que no tengo una razón de ‘peso’, puede ser que me enferme de verdad, tenga un accidente o aparezcan impedimentos de fuerza mayor”, advierte. O sea, frente a un pensamiento hay una consecuencia instantánea.

De todos modos, el inventar una excusa también demostraría que las políticas laborales no están de acuerdo con la realidad de las personas, según plantea la psicóloga Loreto Carvacho Köstner.

“Faltar al trabajo muchas veces se debe a que no es posible conciliar la vida privada, puede ser maternidad, paternidad, cuidado de familiares, problemas personales entre otros, con trabajo y los estándares que se nos exigen socialmente, suma de las largas jornadas, trayectos extensos donde lo privado y familiar tiene poca cabida”, añade.

Es que desde esa perspectiva, la falta de tiempo es la motivación principal para excusarse, inventar excusas y poder hacer lo que realmente se quiere o necesita hacer.

El desgano

También puede ocurrir que no tenemos ganas de levantarnos ni menos de salir a la calle, enfrentar el mundo. ¿Depresión, desgano o simplemente aburrido de la pega?

“Independiente de la causa, lo principal para lograr sentirnos bien y plenos con nosotros mismos, es conocernos. Suena obvio, pero no solemos parar ni escuchar a nuestro cuerpo, que siempre nos habla a través de sus manifestaciones, sean estas enfermedades, aflicciones, molestias, dolencias”, propone la terapeuta Paulina Peña.

Esto porque sentir el cuerpo pesado, tener una intoxicación alimentaría o “crear” la mentira del siglo, agrega, estaría hablando de ciertos rasgos personales que no tenemos resueltos.

“Puede ser falta de tolerancia a la autoridad, agobio de la rutina, dificultad con ser flexibles, necesidad de control, miedo, necesidad de aceptación, no sentirse suficiente querida, pena, rabia, angustia, desolación… la lista puede ser eterna”, advierte.

Para salir de este desgano, la terapeuta propone resolver lo pendiente y dejar de acudir a las excusas para no enfrentar la realidad. “Aunque no lo creamos, disminuirán las idas al dentista, los dolores de útero, las intoxicaciones alimenticias, los catástrofes naturales. Pues todo eso lo generamos en nosotros y se manifiesta como una creación inconsciente”, detalla la psicoterapeuta transpersonal.

Por eso, la invitación es a crear nuevas creencias, ideas. “Pues en lo que creo, lo creo”, alienta la especialista en la técnica de Tapping. Entonces, bienvenidos los cambios.

Las mentiras, perdón excusas

Sin ánimo de dar ideas, la BBC publicó una lista con las mejores excusas para faltar al trabajo. Sin embargo, dada nuestra idiosincrasia, las “mentiras” se han visto incrementadas. Lo interesante es revisarlas y si has usado alguna, tal vez sea tiempo de hacer una transformación, tal como lo proponen las terapeutas.

1. Intoxicación alimentaria y sus consecuencias: Como no dura más de 24 horas y no necesitas ir al doctor es perfecta para darse el día libre.

2. Fiebre y gripe repentina: Los virus están a la orden del día; no es raro que se amanezca con todos los síntomas y sin poder ir al doctor. Al otro día, puedes decir que fue un virus feroz de 24 horas.

3. Dolor de ovarios o útero: Funciona perfecto para los jefes hombres, con sólo mencionar esas partes del cuerpo, te dicen que te cuides y cerrado, eres libre.

4. Un examen, la colonoscopia es la mejor: Como es un examen tan íntimo y que requiere además tomar algún medicamento. Nadie cuestionará la falta.

5. Catástrofes naturales: Sobre todo en nuestro país que la madre naturaleza se empeña en demostrar su fuerza. Si la casa se nos estropea, se rompe una llave o queda un desplome, será la excusa perfecta para no tener que levantarte y pasar el susto en casa.

6. Deshonrar a los no-muertos: Si bien está es buena puede ser tremendo si se enteran que no es cierto. Matar a un familiar que goza buena salud puede ser una crónica de una muerte anunciada y, es fácil que te pillen. Mejor, inventa otra.

7. ¿Ser honesto?: Hay quienes que dicen que es mejor política para gestionar cualquier objetivo. Por eso, decir que te vas a tomar el día por motivos personales y punto, también es buena opción y sobr etodo, si es que llamas sobre la marcha, diciendo, “no puedo hablar ahora, estaré de regreso mañana sin falta”.