Es la segunda causa de muertes accidentales en niños mayores de un año. Especialista dice que si no se aplican maniobras de reanimación cardiopulmonar básicas las posibilidades de sobrevida o de ausencia de daño neurológico grave son “menores al 5%”.

La asfixia por inmersión es la 2° causa de muertes accidentales en niños mayores de un año. Sólo bastan unos pocos minutos para que el menor fallezca o quede con serias secuelas neurológicas si no le practica una respiración efectiva.

En esta época de verano es importante tomar conciencia de la importancia de reaccionar a tiempo, apuntan los especialistas.

Katherin Falck, médico gestor de Calidad de Help, dice que “en caso que se haya producido el accidente y el menor está inconsciente y no respira, es vital iniciar a la brevedad maniobras de reanimación cardiopulmonar básicas mientras se solicita ayuda a un servicio de emergencia, para que el pronóstico sea mejor”.

De lo contrario, las posibilidades de sobrevida o de ausencia de daño neurológico grave son “menores al 5%”.

Quienes sufren una asfixia por inmersión experimentan falta de oxígeno, el cual es vital para el correcto funcionamiento de los distintos órganos.

El cerebro es especialmente sensible a la falta de oxígeno, lo que explica la aparición de daño neurológico a los pocos minutos de este tipo de accidentes, de no mediar atención oportuna.

MANEJO

Debido a que el pronóstico de sobrevida libre de daños está directamente relacionado con el tiempo de inmersión y la prontitud en el inicio de la reanimación cardiopulmonar efectuada en el lugar del accidente, es vital que personas que están a cargo de menores tengan los conocimientos para efectuarlas, apunta la especialista.

Katherin Falck explica los pasos a seguir para realizarla correctamente:

• Retirar a la persona del agua, y comprobar si responde a estímulos.

• Si no responde, no respira o lo hace con dificultad, comenzar maniobras de reanimación cardiopulmonar básica mientras pida ayuda llamando a un servicio de rescate médico.

• Ubicar al paciente sobre una superficie dura como el suelo.

• Iniciar compresiones torácicas enérgicas y rápidas en el centro del pecho, con frecuencia de por lo menos 100 por minuto.

• Sólo si se siente capacitado o tiene conocimientos, intente despejar la vía aérea mediante una maniobra de inclinación de cabeza y elevación de mentón, para luego administrar 2 ventilaciones boca a boca en adultos y boca -boca nariz en niños pequeños.

• Si va a administrar ventilaciones debe seguir una secuencia que parte siempre por 30 compresiones torácicas. Luego 2 ventilaciones para rápidamente volver a realizar 30 compresiones, seguidas de 2 ventilaciones y así hasta que el paciente recupere el conocimiento o llegue personal calificado a relevarnos.

• Si no sabe o tiene reparos con realizar respiración boca a boca, concéntrese sólo en realizar las compresiones torácicas. Esto por sí solo ya es de gran ayuda para el paciente. Recuerde que deben ser por lo menos 100 por minuto y enérgicas.

PREVENCIÓN

• Acompañar o vigilar en todo momento a los menores en playas o ríos, especialmente si éstos se encuentran jugando en la orilla.

• En caso que haya una piscina en casa, siempre debe tener reja (idealmente con radier de concreto) con una puerta única de acceso y chapa de seguridad que utilice llave. La reja que rodee todo el perímetro de la piscina debe tener una altura mínima de 1,5 m y 10 cm o menos de distancia entre las barras verticales.

• Evitar que dentro y alrededor de la piscina haya elementos atractivos para los niños, como juguetes, porque es una tentación para meterse al agua.

• Se debe ser cuidadoso con el uso de alarmas o cobertores para la piscina, pues si bien son medidas de seguridad complementarias, no remplazan la supervisión del adulto ni una reja.

• Se debe saber que las «alitas» no son salvavidas totalmente seguros, por lo tanto, no hay que confiar que si los niños las usan están protegidos.

• Mantener un sistema de limpieza del agua controlado y supervisado por profesionales, ya que filtros en mal estado podrían causar atrapamientos de cabello, por ejemplo.