El gran temor de los inversionistas es una detención abrupta del financiamiento internacional.
Por James Kynge

La lista de países expuestos al ajuste de la política monetaria de los bancos centrales es más larga que lo sugerido por las etiquetas “Cinco frágiles” y “Seis enfermos”.

La mayor preocupación para los inversionistas, como resaltó ayer el Banco Mundial, es una detención abrupta del financiamiento internacional para las deudas soberana y corporativa de los países vulnerables. En un “escenario de ajuste desordenado”, los flujos financieros hacia los países en desarrollo podrían declinar en hasta 80% por varios meses, advirtió el Banco Mundial.

Juzgados por la capacidad a primera vista de pagar sus deudas de corto plazo, los países particularmente expuestos a las consecuencias del retiro del estímulo (tapering) son Sudáfrica, Turquía, Brasil, India, Indonesia, Hungría, Chile y Polonia, según los datos examinados por Schroders y Financial Times.

Esto amplía el grupo de los “Cinco frágiles”, una frase común de los seis últimos meses, que incluye a los primeros cinco y en general vincula vulnerabilidad a déficit de cuenta corriente y fiscales. La lista ampliada se apoya en temores por la deuda de corto plazo.

Craig Botham, economista de mercados emergentes en Schroders, dice que las etiquetas llamativas crean el riesgo de cegar a los inversionistas a riesgos más amplios. El foco del mercado está trasladándose a aquellos países más dependientes del financiamiento externo, en especial aquellos con altos requerimientos de refinanciamiento de corto plazo, señala.

“Este foco se sostiene en el temor a una ‘parada repentina’, donde los flujos de capitales se detienen o incluso se revierten. Si esto ocurre, el impacto en las empresas endeudadas puede ser devastador, con consecuencias sobre los bancos”.

Una medida para evaluar la vulnerabilidad compara el tamaño de las reservas en moneda extranjera de un país con la suma de su deuda externa de corto plazo y su déficit de cuenta corriente, el requerimiento bruto de financiamiento externo (GEFR, su sigla en inglés). Esto muestra que en el segundo semestre del año pasado, Turquía, Sudáfrica, Chile, India e Indonesia tenían suficientes reservas para cubrir un año de GEFR, según el análisis de Schroders. Hungría, Brasil y Polonia podían cubrir dos años.

Ucrania, Venezuela y Argentina, que las agencias calificadoras cuentan entre las naciones menos solventes, también se consideran expuestas. Pero su debilidad deriva principalmente de la incertidumbre doméstica, más que de los efectos del tapering.

El Banco Mundial identificó como escenario más probable un ajuste suave al tapering que lleve a una reducción modesta en los flujos de capital. Pero ve las tasas de interés de largo plazo en las economías más grandes del mundo subiendo en hasta 200 puntos base.

CASO A CASO

Incluso los países con una alta dependencia del financiamiento externo pueden no ser tan vulnerables como sugieren sus GEFR.

La madurez promedio de la deuda, que en el caso de India es de nueve años y en el Indonesia, de 11, puede ayudar a mitigar los riesgos. En Turquía, los grandes deudores son las mayores empresas del país, lo que también mitiga los riesgos.

En el caso chileno, las opiniones son divergentes, pero Neil Shearing, economista jefe de mercados emergentes en Capital Economics, ve vulnerabilidades relacionadas con un peor desempeño comercial, creadas en parte por la decisión oficial de impulsar la demanda doméstica bajando las tasas de interés.