El gobierno ofrece variadas formas de ayudar a quien quiera mejorar sus capacidades laborales, y sólo deben cumplirse algunos requisitos.

Por S.A.V

La capacitación laboral es una manera bastante segura de garantizar un mejor futuro en el trabajo. Por eso, el gobierno cuenta con variadas alternativas para el trabajador que quiera perfeccionarse, a través del Sence.

La primera de ellas es la franquicia tributaria. Consiste en un incentivo tributario que permite a las empresas descontar del impuesto a pagar los montos invertidos en programas de capacitación para trabajadores.

Pueden acogerse a este beneficio las empresas clasificadas por el SII como contribuyentes de la Primera Categoría de la Ley del Impuesto a la Renta. Es tan usado este beneficio que en 2012 un total de 946.523 trabajadores hicieron algún curso para mejorar sus conocimientos a través de esta modalidad.

En tanto, los bonos de capacitación son beneficios que otorga el Estado y su característica principal es que la persona elige dónde y en qué capacitarse, de un listado predefinido de cursos y de OTEC, que son las instituciones que realizan la instrucción.

Los interesados postulan a través de Internet y no hay más trámites ni papeleo. El portal de inscripción es sence.cl. Este beneficio tiene dos modos: uno es para la empresa, dirigida a pymes que tengan ventas anuales inferiores a $571 millones, y el otro, que es para las personas, tiene como requisito una renta imponible promedio inferior a los $600 mil en los últimos 12 meses.