La cifra representa al 98% de quienes están inactivos laboralmente por motivos familiares:
Las dificultades para asegurar la atención de los niños son uno de sus mayores obstáculos, y por ello el Gobierno busca aprobar el proyecto que obliga a todas las empresas a tener salas cuna.

Por Macarena Toro
Bernardita L. tiene 59 años. En su juventud trabajó como vendedora en diversas tiendas, pero cuando iba a tener a su primera hija dejó su empleo. Después, aunque quería volver, «me complicaba, porque mi mamá no podía cuidar todos los días a la niña, y salía más tarde que la hora de salida del jardín». Con el tiempo pensó que criar ella a su hija sería lo mejor, y aunque ya creció, Bernardita nunca más volvió a buscar un trabajo.

Como ella, cinco millones de personas mayores de 15 años son inactivas laboralmente en Chile. La mayoría no trabaja porque está estudiando o por motivos familiares. Y mientras el primer factor afecta por igual a todos los jóvenes, el segundo refleja una fuerte brecha de género: 1,3 millones de mujeres no se emplean por estar dedicadas al cuidado de sus hijos y del hogar. La cifra representa el 98% de quienes están en esta situación, ya que solo 23 mil hombres se encuentran inactivos por la misma causa.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas coinciden con el análisis de diversos especialistas, que enfatizan que si bien un grupo se queda en casa por opción, para la gran mayoría no hay otra alternativa: 43% de ellas no tiene con quién dejar a sus hijos, 15% es responsable de los quehaceres del hogar y 5% cuida a adultos mayores, según una encuesta de la corporación Comunidad Mujer.

«Aún tenemos una sociedad conservadora, y es algo que tenemos que abordar desde el sistema escolar. Los estudios muestran que las actitudes sobre género se ven desde la primera infancia, y eso afecta a todas las decisiones. Se refleja en el rendimiento de las mujeres en las pruebas estandarizadas del colegio, que luego determinan sus resultados de la PSU y cómo se trabajan sus expectativas. Así, van eligiendo carreras que tienen que ver con el rol naturalizado que se ha dado a la mujer, como la educación y servicios sociales, que son los que el mercado valora y paga menos», dice Alejandra Sepúlveda, directora ejecutiva de la corporación.

David Bravo, director de Microdatos de la U. de Chile, también cree que las cifras esconden la costumbre arraigada que no solo tiene que ver con cuidar a los niños, «también a los adultos con discapacidad o mayores».

Si a esto se suma que ellas tienen sueldos 17% más bajos, la motivación para quien no es parte del mundo laboral disminuye. De hecho, el «desaliento» y la «falta de deseos» de trabajar se dan con más fuerza entre las mujeres (ver infografía).

Apoyo en la crianza

«Cuando se empareje la cancha tendremos más oportunidades que permitan conciliar mejor la vida familiar y de corresponsabilidad entre padres y madres», enfatiza la ministra del Sernam, Loreto Seguel.

En esa línea, destaca el proyecto de ley que amplía la exigencia de salas cuna a todas las compañías (y no solo a las que tienen más de 20 empleadas).

Destaca, además, la implementación del posnatal (ya usado por casi 500 hombres) e iniciativas como Capital Abeja, para mujeres emprendedoras, y » After School » de jardines infantiles, que cuidan a los niños hasta que los padres salgan del trabajo.