Mayor disponibilidad y uso de los SAPU deberían comenzar a descomprimir las esperas de los servicios de urgencia de hospitales, que se enfocan cada vez más en casos de mayor complejidad.

Por René Olivares
La «urgencialización» de las atenciones médicas no solo afecta al mundo privado, donde el aumento de uso empuja los costos de la salud al alza, lo que finalmente se traduce en aumentos de precio de los planes de isapres.

Esta tendencia de utilizar los servicios de urgencia para resolver los problemas de salud no es ajeno al sector público. De hecho, mucha gente llega a las emergencias por no encontrar respuesta a sus problemas en los consultorios.

Sin embargo, esta conducta por primera vez muestra un cambio que puede ser auspicioso. Los últimos datos disponibles del Departamento de Estadística e Información en Salud (DEIS) del Ministerio de Salud muestran que, durante 2012, por primera vez las atenciones de consultas de urgencia en la atención primaria -que se realizan en los Servicios de Atención Primaria de Urgencia, SAPU- superaron a las de los hospitales.

Lo positivo de esto es que, efectivamente, un 40% de los pacientes que llegan a una urgencia no son pertinentes y deberían haber resuelto sus problemas en la atención primaria. Aunque aún no existen cifras que avalen que esa tendencia ha cambiado, el mayor uso de la atención primaria sirve como contención para que no todos los usuarios lleguen a los servicios de urgencia de los hospitales. Prueba de ello es que en el presupuesto 2014 del área se incorporaron $1.400 millones para la construcción de ocho nuevos SAPU y diez Servicios de Urgencia Rural a lo largo del país.

Luis Castillo, subsecretario de Redes Asistenciales, explica que «cuando uno compara las urgencias totales, la mayoría está siendo servida por la atención primaria. En los gráficos se ve que ya en 2012 se quebró la tendencia. Las urgencias en SAPU van al alza, y las de los hospitales van a la baja. Es decir, del total de atenciones de urgencia que se realizan en el país, hoy más del 50% se hace en los SAPU».

Además, explica que «eso se advirtió y ese cambio se refleja en el aumento de presupuesto para estos servicios durante el próximo año».

De acuerdo a los datos de Salud, el cambio no se da solo en el número, sino también en el tipo de paciente que está consultando. «A los hospitales están llegando cada vez más gente con mayor compromiso y más inestable. Más enfermos crónicos descompensados, cada vez más accidentados, baleados, víctimas de violencia. Eso está llegando a los hospitales: enfermos más críticos, más complejos», explica Castillo.

Este aumento ha complejizado las atenciones de los servicios de urgencia de los hospitales, lo que a su vez genera que los casos menos graves -aquellos que podrían ser atendidos en la atención primaria- puedan ver extendidos los tiempos de espera para la resolución de sus patologías. «¿Quiénes son los que alegan? Los que deberían estar en los SAPU. ¿Es razonable que un paciente sea capaz de esperar 12 o incluso 24 horas por atención de urgencia? Lo que pasa es que no son urgentes», dice Castillo.

«¿Quiénes son los que alegan? Los que deberían estar en los SAPU. ¿Es razonable que un paciente sea capaz de esperar 12 o incluso 24 horas por atención de urgencia? Lo que pasa es que no son urgentes».

LUIS CASTILLO
SUBSECRETARIO DE REDES ASISTENCIALES.

NUEVOS SAPU

Dieciocho servicios de urgencia (8 SAPU y 10 urgencias rurales) considera el presupuesto de atención primaria para 2014.

19,1

millones de atenciones de urgencia se realizaron en el sector público en el año 2012.

50,7%

del total de dichas consultas se realizaron a nivel primario, lo que rompe una tendencia histórica.

264

SAPU existen en el país, donde también se dispone de 147 servicios de urgencia rural.

$1.400

millones se incluyeron

en el Presupuesto 2014 para la construcción de servicios de urgencia en atención primaria.