Dermatitis irritativa de contacto: Caracterizada por eritema (piel roja) y vesiculación. Se trata de una respuesta irritativa muy rápida, pero inespecífica a una determinada sustancia. Es frecuente por ejemplo frente a un detergente, jabón o sustancia manipulada.

Dermatitis irritativa crónica por contacto: además del eritema, existe prurito (picazón), descamación y fisuración. Se trata de un fenómeno semejante al anterior, pero cuando el agente persiste en el tiempo produce este tipo de lesiones.

Dermatitis alérgica de contacto: presenta vesículas y ampollas. Se trata de una respuesta a un tipo específico de agente. La respuesta puede provocarse con el agente, en un examen llamado prueba del parche. El caso más frecuente es la alergia al látex que afecta cerca del 10% de los trabajadores expuestos.

PREVENCIÓN:
La prevención consiste en evitar al máximo el contacto con sustancias químicas, el aseo prolijo de manos y zonas de contacto con irritantes, mediante jabones suaves (glicerina). También son útiles la protección mediante guantes y el uso de cremas restauradoras.

Otras lesiones de piel de tipo laboral son quemaduras, foliculitis, acné, infecciones por hongos o bacterias, típicamente en la zona cercana a las uñas en trabajos con frío y humedad. También existe cáncer de piel por exposición a luz ultravioleta, úlceras y distrofias de las uñas. Son frecuentes los panadizos, procesos infecciosos de los pulpejos de los dedos, dolorosos e invalidantes. También existe un vitiligo ocupacional (decoloración de la piel). Lo más frecuente son los compuestos químicos que entran en contacto con la piel de las manos. No debemos olvidar el efecto de la luz ultravioleta, que causa quemaduras. Los síntomas más comunes son eritema, vesiculación, descamación, fisuras. Sin embargo en la piel se manifiestan también como despigmentación (vitiligo), acné, foliculitis, hiperqueratosis (callos) y cáncer de piel.
Fuente: SEREMI RM
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