La dirigenta abogó por una reforma que reconozca a los sindicatos como único instrumento negociador y, en materia educacional, destacó que en Chile el sistema jamás ha sido exclusivamente estatal.

Por Pablo Obregón Castro
Bárbara Figueroa ha roto varias tradiciones. Es la primera mujer que dirige la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y es la primera que llega a la presidencia de una multisindical en América Latina. Ayer, además, se convirtió también en la primera presidenta de la CUT en participar del principal encuentro empresarial del país, la Enade.

Expuso por casi una hora y compartió panel con el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, y con el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Andrés Santa Cruz. Se paseó por la contingencia política, criticó al Gobierno, reconoció el diálogo alcanzado con los empresarios y explicó por qué, a juicio de la CUT, la negociación colectiva es el camino más expedito para superar la pobreza y la desigualdad.

Distribución del ingreso: «El 0,01% más rico del país concentra el 10% de la riqueza. ¿Eso significa que los empresarios tienen que dejar de ganar? No señores, pero repartamos la torta, porque si no, Chile no va poder enfrentar un nuevo ciclo lleno de oportunidades. Sin querer ser alarmista, ante la sensación de hastío y sin canales institucionales de expresión, lo que se instala con fuerza es el rompimiento institucional».

Previsión: «Se debe terminar con el sistema de AFP. Sin embargo, entendemos que hoy el primer gesto, más allá de ver cuántos somos los que estamos por el fin de las AFP y cuántos no, es abrir canales de diálogo».

Diálogo con los empresarios: «Así como hemos hecho un proceso de trabajo, de conocimiento, de confianza con el empresariado, eso también se tiene que traducir en los esfuerzos a nivel nacional de parte de los gobiernos. Nosotros lo hemos discutido con la CPC y, evidentemente, que no tenemos coincidencias plenas, pero hemos podido dialogar sobre estos temas, como también lo tratamos de hacer con el Gobierno en el marco de declaración de voluntades, lo que lamentablemente no fue valorado por la autoridad».

Sindicalización: «Para facilitar que los aumentos de productividad se traduzcan en incrementos salariales, resulta fundamental garantizarles a todos los trabajadores el derecho a negociar, reconocer la negociación interempresas, sectorial o por rama, y validar al sindicato como único instrumento negociador. Donde exista sindicato, que sea el único instrumento negociador, y garantizar que los beneficios que se obtienen vía proceso de negociación sean de derecho y titularidad para los trabajadores afiliados al sindicato».

Salarios y calidad del empleo: «Hacer efectivo el reparto de utilidades es un elemento sustantivo para poder avanzar en mayor equidad. No basta con crear empleo, eso es importante, pero también que el empleo sea de mayor calidad, y la realidad es que gran parte del empleo que nuestro país está creando es empleo tercerizado».

Trabajo femenino: «Chile cuenta con una ley de igualdad salarial que no se cumple. No sigamos generando la perversión de que una mujer gana $191 mil menos que un hombre, como lo demostraron las cifras de la Universidad de Chile. Nosotras no necesitamos que nos regalen un subsidio, lo que queremos es un empleo decente».

Reforma educacional: «En Chile, el sistema educativo jamás ha sido estatal exclusivamente. El sistema educativo ha sido, desde su origen, un sistema mixto, pero con una diferencia fundamental: tras los ochenta se impone el criterio mercantil. Si uno revisa la Constitución del 25, puede ver con claridad que los privados sí podían ser actores cooperantes en la provisión de educación, nunca se les ha cerrado la puerta, lo que sí se establecía como criterio es que ellos no pueden lucrar, no pueden seleccionar, no pueden discriminar».

Reformas laborales: » Una gran reforma educacional es una tarea de primer orden, pero si tras esa reforma, y tras diecisiete años de educación, vamos a condenar a los trabajadores a vivir cuarenta o cincuenta años de trabajo precario, entonces quiere decir que no nos estamos haciendo cargo de la tarea completa».

»Sin querer ser alarmista, ante la sensación de hastío y sin canales institucionales de expresión, lo que se instala con fuerza es el rompimiento institucional».