Felipe Larraín señaló que los progresos del bloque regional convierten a sus integrantes en un mercado de cerca de 210 millones de personas, mayor que Brasil.

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, destacó este miércoles en Londres el papel de la Alianza del Pacífico como uno de los motores de Latinoamérica y defendió en uno de los centros económicos de Europa las inversiones en mercados emergentes.

En una conferencia en la London School of Economics (LSE), Larraín subrayó que Perú, Colombia, México y Chile, integrantes de la Alianza, son los países que crecen a mayor ritmo en una región que avanza “a dos velocidades”.

Ante la audiencia reunida en el edifico Clement House de la LSE, Larraín subrayó que las sinergias entre los miembros de la Alianza del Pacífico encaminadas a integrar sus plazas financieras convierten a sus integrantes en un mercado de cerca de 210 millones de personas, mayor que Brasil.

El ministro subrayó además el papel de los países emergentes en la economía mundial y destacó que naciones como Chile han sido capaces de amortiguar el golpe de la crisis con más facilidad que otras más desarrolladas.

“Estamos viviendo uno de los cambios estructurales económicos más importantes que veremos en nuestra vida. El crecimiento de los países emergentes continuará”, vaticinó Larraín, quien subrayó que las economías emergentes suponían ya en 2012 cerca del cincuenta por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.

El responsable de las finanzas públicas chilenas sostuvo que la eurozona está lejos de consolidar su recuperación económica completa y resaltó que el Reino Unido ha registrado una mejora «muy significativa» en los últimos trimestres fruto de sus políticas contra la recesión.

Para Larraín, la falta de flexibilidad en los mercados es una de las causas que ha frenado la capacidad de regresar a la senda del crecimiento.

El ministro constató que Chile vive una «desaceleración moderada» en 2013, a pesar de lo cual hizo hincapié en que la salud de la economía debe ponerse en el contexto de la actual coyuntura global.

«Lo importante es compararse con el resto del mundo. Chile creció un 5,6 por ciento en 2012, mientras que el PIB mundial lo hizo un 3,1 por ciento. En 2013, Chile crece al 4,6 por ciento», sostuvo.

En agosto, Larraín celebró el alza de un 4,1 por ciento que experimentó el Producto Interior Bruto de Chile en el segundo trimestre de este año, según las cifras divulgadas por el Banco Central de es país.

El ministro comentó entonces que el Gobierno proyecta un crecimiento anual de en torno al 4,6 por ciento y destacó que las exportaciones se recuperaron entre mayo y junio hasta marcar un aumento del 7 por ciento interanual.

Larraín afirmó que el impulso económico podría llevar a Chile a registrar una renta per cápita cercana a los 22.000 dólares en 2016 en caso de que se mantenga un ritmo de crecimiento del 5 por ciento anual.

Si el crecimiento fuera del 3 por ciento, la frontera de los 22.000 dólares se alcanzaría en torno a 2018, mientras que con un crecimiento del 1 por ciento anual ese registro quedaría pospuesto hasta 2030.

“No podemos olvidar que el camino para los países emergentes es duro. Cuando estás creciendo no puedes tomar nada por garantizado. Muchos países han visto que de pronto todo el crecimiento se puede evaporar”, afirmó Larraín.