Empresarios junto al ministro de Economía, Félix de Vicente, aseguraron que hoy el riesgo reputacional de las empresas es aún mayor que el operacional.

La relevancia del prestigio y la reputación de las compañías por sobre el resultado operacional fue una de las principales conclusiones del seminario «Empresa y stakeholders: ¡Vamos que se puede!», organizado ayer por la Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC) y «El Mercurio».

En la oportunidad, el director de la Consultora Hohmann y Asociados, Claudio Hohmann; el economista Joseph Ramos; el ex presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Lorenzo Constans, y el ministro de Economía, Félix de Vicente, debatieron sobre la importancia de la relación de las empresas con sus grupos de interés.

«La reputación corporativa debe ser el core business de las empresas», precisó Hohmann. Agregó que el riesgo reputacional es hoy mayor que el riesgo operacional.

Según el empresario, las compañías deben mantener un stock de prestigio y credibilidad para afrontar posibles crisis. «Hoy, quién es el gerente general, es más importante que lo que hace», subrayó.

En este escenario, Hohmann enfatizó que los CEO de las empresas deben dedicarles un tiempo relevante a sus stakeholders . «El silencio es un pésimo negocio», añadió.

En la misma línea, Constans agregó que la confianza es la clave. Precisó que si se logra confiar, se puede avanzar en acuerdos. Explicó que, a nivel país, la forma de lograr el desarrollo implica una alianza público-privada. «El país se desarrolla en la medida que la alianza público-privada se complementa», dijo.

Opinión similar esgrimió Ramos, puntualizando que las empresas deben fidelizar a sus grupos de interés, ya que eso trae beneficios para ambos. Además, señaló que las compañías debe ser éticas, aunque esto implique sacrificar utilidades.

Además, el ministró De Vicente llamó a trabajar en la Responsabilidad Social Empresarial. Precisó que hoy las metas no apuntan a elevar los acuerdos comerciales con otras naciones, sino que a desarrollar de manera sostenible las compañías. «Los acuerdos comerciales no son la ventaja competitiva que era antes. Las diferencias van a venir por la responsabilidad social», explicó.