País bajó por tercer año y se ubicó en el puesto 34 en tradicional ranking del Foro Económico Mundial:
La entidad internacional recomendó a las autoridades buscar herramientas para diversificar los ingresos y avanzar hacia actividades de mayor valor agregado.

Por Nicolás Marticorena y Silvana Celedón
Por tercera vez consecutiva, Chile registró un retroceso en el ranking de competitividad que publica anualmente el Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en inglés), una tendencia que llevó a la entidad con base en Ginebra (Suiza) a hacer un llamado a nuestro país para que mejore su productividad y diversifique su modelo de crecimiento hacia actividades de mayor valor añadido.

En concreto, la versión 2013-2014 del Índice de Competitividad Global -presentado ayer simultáneamente en diversos países- ubicó a Chile en el puesto 34 entre 148 economías, un lugar menos que el reporte anterior y cuatro posiciones más atrás que hace tres años.

Hay que consignar que en esta edición del sondeo se agregaron cuatro países (Bután, Laos, Túnez y Myanmar), que están ubicados en posiciones relegadas (entre el 81 y 139).

El tradicional informe -que inició su publicación en 1979- destaca de todas formas a Chile como la economía más competitiva de América Latina, aunque contrapone que la región se ve afectada por un «estancamiento generalizado», debido, entre otros elementos, a la debilidad de sus instituciones.

El reporte del WEF apuntó que si bien Chile tiene fortalezas, «la falta de avances sustantivos en el reciente ranking (…) sugiere un cierto estancamiento en el modelo de competitividad del país y la necesidad de recurrir a nuevas fuentes de ganancias de productividad con el fin de diversificar su economía y avanzar hacia actividades de mayor valor agregado».

La radiografía

El índice de competitividad global se construye con la ponderación de tres subindicadores, compuestos por doce pilares. Analizando estos últimos, el desempeño de Chile como líder regional se apoya en el pilar de «Ambiente Macroeconómico», donde ocupa el puesto 17, tres lugares menos que hace un año.

También destaca el de «Desarrollo del Mercado Financiero», que escaló ocho posiciones hasta el lugar 20. Mientras que los pilares peor evaluados son «Educación Primaria y Salud», que se mantuvo en el 74, y «Sofisticación de los Negocios», que perdió seis puestos (54°).

Entre los ítems que configuran los doce pilares, la peor calificación que recibe Chile es en concentración económica («Extensión de dominio en los mercados»), ocupando el lugar 134. Acá se analiza si la actividad corporativa de un país está dominada por pocos o varios grupos empresariales. Chile quedó en el último lugar de América Latina, con la misma calificación que Libia, Venezuela y Gabón.

Brasil, en tanto, destacó como la economía mejor evaluada de la región en este aspecto, al llegar al lugar 28.

Al ser consultado por la concentración en el mercado chileno, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, sostuvo ayer que «no he examinado en detalle ese punto. Lo importante es que existan libres entradas y que no haya barreras. Una de las maneras es a través de tener un sistema comercial abierto al mundo y hoy Chile tiene una de las tarifas promedio más bajas», sostuvo.

Los «costos por despidos» fue el segundo ítem peor catalogado, al ocupar el lugar 120, con la misma calificación de China, Yemen e Israel. Este factor es liderado por Dinamarca, Nueva Zelandia y Puerto Rico.

Panorama global

Suiza encabezó la medición por quinto año consecutivo, demostrando ser la economía que lidera al grupo de países con «un nivel de innovación excelente y entornos institucionales robustos», señala el reporte del WEF.

Singapur y Finlandia permanecen en segundo y tercer puesto. Alemania subió dos lugares (4º) y Estados Unidos invirtió una tendencia de cuatro años a la baja, ganando dos lugares (5°).

En América Latina, el mayor retroceso lo exhibió Brasil, tras caer ocho puestos en el índice (llega 56°). Mientras que Uruguay (85°) y Argentina (104°) descendieron dos lugares. «La región sigue afectada por un funcionamiento de las instituciones débil, infraestructura deficiente e ineficiencia en la asignación de factores de producción», dijo el WEF.

Montes advierte que resultados reflejan la falta de acuerdos políticos en el país
A juicio de Leonidas Montes (en la foto), decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) -casa de estudios donde ayer se presentaron los resultados del WEF-, la ubicación de Chile en el último informe respecto del reporte previo si bien representa una caída en una posición (de la 33 a la 34), en la práctica refleja básicamente una mantención.

Sin embargo, expresó su preocupación por el retroceso que ha experimentado nuestro país en la última década.

Esto, porque Chile figuraba en la posición 22 en el informe del WEF correspondiente al período 2004-2005, mientras que en el último reporte pasó al lugar 34.

«La baja sostenida en el índice de competitividad en los últimos diez años es un reflejo de que el país no ha enfrentado las grandes reformas en educación y mercado laboral, lo que incide en la productividad y competitividad. Para enfrentar estos grandes desafíos, a lo que hoy debemos sumar el grave problema de la energía y sus costos, se requiere de grandes acuerdos políticos. Y en eso, nuestra clase política ha fallado», dijo.

Puntualmente sobre el último informe, destacó la evaluación del país respecto de su mercado financiero, donde Chile pasó del lugar 28 al 20.

A su juicio, en los buenos resultados de este punto del informe habría incidido la solidez del sistema, pero también el hecho de que en el último año no se hayan generado casos como La Polar o el de la corredora de bolsa Serrano, que empañaron la imagen de dicho sector en sondeos previos.

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, por su parte, dijo que detrás de la mejora del mercado financiero están iniciativas como la Agenda MKB, la Ley de Tributación de Derivados, contrato de seguro y una serie de medidas de inclusión financiera.