La Lipoatrofia Semicircular es una lesión del tejido graso subcutáneo cuyos síntomas son meramente estéticos y no presenta consecuencias para las personas una vez corregida. Sin embargo, es de gran importancia que las empresas del país sepan de su existencia y tomen las medidas correspondientes para prevenirla o sanarla, dependiendo del caso.

Gloria Cruceta, médico española especialista en mejorar la calidad ambiental dentro de los edificios de trabajo, se ha dedicado a estudiar la Lipoatrofia Semicircular debido a que una de las particularidades de esta lesión, es que se da en trabajadores que realizan labores en edificaciones modernas.
Según la experiencia internacional, después de años de investigación se ha logrado llegar a varias conclusiones respecto de las características de esta lesión. En primer lugar, está establecido que sus causas son la baja humedad ambiental, gran cantidad de electricidad estática generada por el cableado y aparatos tecnológicos, e indumentaria de trabajo, ya sean escritorios, sillas, mesas o mesones de atención, hechos de materiales que se cargan fácilmente de electroestática, como el metal.
Lo que ocurre es que las células del tejido adiposo subcutáneo se ven afectadas por estos ambientes poco húmedos y cargados eléctricamente. Una vez que los trabajadores rozan constantemente alguna parte su cuerpo contra los bordes de mesas o mesones cargados, estas células van “muriendo” lo que provoca el hundimiento de la zona afectada y origina la lesión.
Es importante tener en cuenta que no es una enfermedad, no provoca dolor ni picazón y no tiene más consecuencias que las estéticas. Además, su único remedio trasladar a los trabajadores a otra instalación o modificar las condiciones laborales, ya que la lesión desaparece una vez se aísla a la persona afectada del ambiente perjudicial.
Medidas preventivas que deben tomar las empresas
El autocuidado de parte de los trabajadores es el primer paso para prevenir. Y para lograr esto, es importante que la organización mantenga una comunicación fluida con sus colaboradores, informando oportunamente las causas y consecuencia de esta patología.
Además, se deben tomar medidas preventivas que modifiquen visiblemente el entorno, tales como:
• Disminuir la fuente de radiación electromagnética. Esto se logra reuniendo y cubriendo los cables que estén a la vista.
• Aumentar la humedad ambiental, para que disminuya la generación de electricidad estática. Para esto se pueden programar los climatizadores o el aire acondicionado y asociarlos a sistemas de humidificación ambiental.
• Preferir muebles de materiales no conductores de electricidad estática, como la madera.
El trabajo de ACHS
Para contribuir a la mitigación de los factores que causan esta lesión, ACHS conformó una mesa de trabajo con personal calificado del departamento de Higiene Ambiental compuesta por especialistas en radiaciones no ionizantes, expertos en ergonomía y profesionales de la salud. Así, de manera conjunta, se busca analizar cada caso y desarrollar un programa preventivo institucional.
Además, con la ayuda de esta comisión, se realizó un seminario sobre la Lipoatrofia Semicircular en el que participó el gerente de Prevención, Arturo Cares, el asesor médico de ACHS, Juan José Hauva y la experta en calidad ambiental dentro de los edificios de trabajo, la doctora española Gloria Cruceta.
En la ocasión, se abordaron las características específicas de esta lesión, investigaciones que se han realizado al respecto y las medidas que deben tomar las empresas para prevenir o corregir, según sea el caso.