Medida que estudia el gobierno reduciría el sueldo líquido de quienes ganan más y no contribuiría al incremento de sus jubilaciones, según estudio de consultora Alfredo Cruz.

Junto con elevar la tasa de cotización obligatoria a las AFP, extender la edad de jubilación y disminuir las lagunas previsionales, la ampliación de la base imponible es una de las ideas que planteó recientemente el Ministerio del Trabajo para mejorar las futuras pensiones.
Mientras en el gobierno afinan la propuesta específica que presentarán al Congreso, la empresa especializada en asesorías previsionales Alfredo Cruz y Compañía realizó un estudio para evaluar el real impacto de ampliar la base imponible, es decir, que se consideren otros ingresos que van más allá del sueldo fijo, por ejemplo.

Esta es, a su vez, una de las medidas menos exploradas.

Desde la consultora explican que este es uno de los mecanismos que podría contribuir a aumentar el monto de las pensiones futuras, bajo la óptica que el descuento obligatorio actual del 10% de la renta mensual tendría una base mayor si se agregan asignaciones, colaciones, viáticos, prestaciones familiares, indemnización por años de servicio, entre otros.

«Estas últimas, bajo la normativa actual establecida en el artículo 40 del Código del Trabajo, no constituyen parte de la renta de un trabajador», aclaran.

Impactos específicos

Para dimensionar qué efectos positivos y negativos podría traer esta medida, la consultora realizó simulaciones con diversos montos de remuneración mensual, considerando tanto que el monto total de las asignaciones de movilización y alimentación (las más frecuentes) fueran parte de la renta líquida del trabajador como hoy o se consideraran en la base imponible para efectos previsionales y tributarios.

Los resultados muestran que el impacto de esta medida en mejores pensiones se verifica efectivamente en aquellos tramos de renta que están exentos de pagar impuestos (bajo $540 mil).

En el ejemplo, quien recibe una renta mensual de $240 mil y asignaciones por $50 mil verá dos efectos si se amplía la base imponible: disminuirá su renta líquida 9%, pero la cotización obligatoria para la AFP se incrementará 8,2% ($5.000), lo que debiese tener un efecto acumulativo positivo en su ahorro previsional.

En rentas mayores el impacto sería mucho menor, como se aprecia en el ejemplo considerando la misma asignación pero para una renta de $1.700.000 mensual. En este caso el efecto es evidentemente menor tanto en el aporte para los ahorros como en la disminución de la renta líquida.

La situación es más compleja en el caso de rentas más altas, dicen en Alfredo Cruz. Tomando como ejemplo a una persona con una renta de $5 millones que recibe una asignación de $150.000 por colación, dejaría de percibir $46.683 líquidos, y además, no aportaría a su cuenta de capitalización individual, pues está por sobre el máximo imponible (hoy en 70,3 UF, poco más de $1.689.000).

«Es decir, rentas sobre el tope imponible pagarán más impuestos y no tendrán el beneficio de aumentar la cotización», precisaron.

Otras repercusiones

En Alfredo Cruz agregan que ampliar la base imponible no tiene ningún costo para aquellos empleadores que entregan asignaciones y beneficios que no están considerados actualmente en el Código del Trabajo.

«La diferencia sería que, en caso de que sea una medida y no propuesta, los empleadores deberán comenzar a imponerle a sus trabajadores por estos conceptos, lo que repercutirá en rentas más bien bajas y que no pagan impuestos, porque percibirán una renta líquida menor», precisaron.