Luego de 23 días de movilización, los trabajadores de la empresa estatal depusieron el paro.

Sebastián Sottorff
Juan Ignacio Rodríguez tiene 36 años, una envidiable colección de más de dos mil libros de literatura contemporánea y una novia enojada. Todo por culpa de Correos.

«Mi polola estuvo de cumpleaños hace una semana y para sorprenderla le compré una colección de Stephen King por internet. Para asegurarme, hice el pedido a fines de julio, pero los libros no han llegado. La huelga de Correos me arruinó el regalo y ella cree que se me olvidó comprarle algo. Una lata, porque parece una excusa muy barata», dice, mientras suena su celular. Su novia, del otro lado del teléfono, le dice que leyó en internet que la huelga efectivamente terminó. Y efectivamente fue así.

En la tarde de ayer y después de 23 días de movilización, una de las paralizaciones más extensas que ha vivido la compañía estatal definitivamente concluyó. Con esto y a partir de las primeas horas de esta madrugada, la distribución de millones de cartas y encomiendas se reanudó.

«Hemos llegado a un acuerdo histórico con nuestros trabajadores que pone fin a esta huelga», explicó Pablo Montané, gerente general de CorreosChile, detallando que el principal logro de la negociación radica en un alza de $40 mil en el sueldo de los trabajadores.

«La negociación fue compleja y ahora se viene una etapa de afinamientos. Ahora estaremos muy atentos para que se cumplan los acuerdos», explicó Manuel Romero, vicepresidente del sindicato que agrupa a los trabajadores de la compañía.

Efectos del paro

La situación no solo ha provocado inconvenientes domésticos, sino que una serie de problemas administrativos para millones de chilenos.

«No sé en qué están mis fondos de AFP o si la isapre me subió mi plan. Tampoco me han llegado algunas cuentas y capaz que si no pago, me manden a Dicom», dice Vicente Mora, de 58 años y vecino de Las Condes, que, al igual que otros millones de personas del país, no tiene más noticias sobre sus trámites personales que las que recibe a través de la correspondencia.

«Es que para la gente de mi edad no hay otra forma de ser notificado», agrega.

Porque, pese a la digitalización de muchos trámites, aún hay situaciones en que el correo no ha podido ser reemplazado: partes de matrimonio, notificaciones judiciales, cuentas, cheques, pagos de contribuciones y la entrega de encomiendas todavía no pueden ser despachados completamente a través de internet. De hecho, desde la empresa afirman que el mayor inconveniente de la movilización se generó con los envíos desde el exterior, ya que cuando se inició el paro muchos paquetes ya venían en camino.

De ahí también que en medio del conflicto surjan opiniones que pidan la privatización de la compañía, asunto que Montané descartó.

«CorreosChile es una empresa que cumple un rol social y estratégico para el Estado. Le pertenece a todos, y es bueno que se mantenga así por muchos años más», sentenció.

$40 mil
es el monto que aumentarán los sueldos de todos los trabajadores de Correos después de esta movilización.

271 millones
de envíos hizo la empresa en 2012. En base a esa cifra, unos 17 millones de cartas y encomiendas no fueron entregadas por el paro. La compañía asegura que hay acumulados envíos equivalentes a tres días de reparto.

5.228
trabajadores componen la compañía estatal. Más de 2.200 son carteros.