Decepción, rabia e impotencia se mezclaron entre los 33 mineros que estuvieron 69 días atrapados en la mina San José al enterarse de que la fiscalía regional de Atacama decidió abandonar la investigación por carecer de pruebas para imputar a los dueños del yacimiento, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny.

La decisión del fiscal regional Héctor Mella los tomó por sorpresa justo cuando se aprontaban a conmemorar el tercer aniversario del desplome, el 5 de agosto de 2010.

Luis Urzúa, el jefe del turno de los trabajadores que quedaron a 700 metros de profundidad, se encontraba en Santiago cuando se enteró de la decisión. «El fiscal dio una pésima señal. Por ello, vamos a ir a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), porque en Chile se nos negó justicia, y queremos hacerlo no solo por nosotros, sino por todos los mineros de Chile».

Sobre el próximo aniversario del accidente, dijo: «Ya no hay nada que recordar». Sin embargo, aclaró que las querellas civiles contra el Estado y los dueños de la mina «siguen en pie».

José Ojeda, autor del mensaje que sirvió para comprobar que estaban vivos, sostuvo que «la situación es un poco oscura, porque se investigó muy poco».

Jorge Galleguillos, el undécimo minero en ser rescatado, dijo: «Me siento terriblemente mal. No sé lo que piensa la justicia y esta gente (Kemeny y Bohn) sigue trabajando, haciendo los trabajos malos. Los culpables andan muertos de la risa por la calle, con la intención de poner nuevas faenas».

José Henríquez, quien está en Talca dedicado a sus labores de pastor, se mostró decepcionado. «La verdad es que no esperábamos nada bueno. Ha pasado mucho tiempo y no hay resultados. Para eso estamos los trabajadores de este país: para soportar. Todos saben que aquí hay culpabilidades, pero las cosas no funcionan como debieran».

Daniel Herrera vive en Marchigüe, pero ahora trabaja en Calama como minero. Aseveró que «no creo que la ley en Chile sea tan mala y que todo vaya a quedar en nada. Me parece extraño que se haya cerrado el caso sin encontrar responsables».

Julio Poblete, director nacional de Sernageomin, dijo que «nosotros anteriormente habíamos tenido un informe de Contraloría que nos había eximido de cualquier responsabilidad».

Desde Chillán, Juan Illanes se mostró asombrado. «Me cuesta creer el resultado de esta determinación y no sé qué evalúa el fiscal. Tuvo tres años para investigar y no pasó nada».

La voz de los protagonistas
LUIS URZÚA,

Jefe del turno

«El fiscal no solo no nos contó a nosotros directamente, las principales víctimas de este terrible accidente, sobre lo que decidió, sino que además deja impune a los dueños de la mina que fueron los responsables de uno de los mayores accidentes mineros de la historia de Chile».

MARIO SEPÚLVEDA,

El «locutor»

«Por respeto a mis compañeros no me quemo a lo bonzo frente a La Moneda. Los ex dueños de la mina andan sueltos y felices por la vida, pese a que nos dejaron enterrados. Esto no puede ser, hay que pegar un grito internacional para que se den cuenta de todo el show que hicieron».

RAÚL BUSTOS Actualmente desempleado

«La investigación a todas luces no fue buena, porque lo que pasó acá fue una negligencia del porte de un buque. Me duele que la justicia no sopese todo lo que hemos sufrido. Y ahora se lavan las manos desde el punto de vista penal».

Fiscal explica las causas para «no perseverar en la investigación»
El fiscal regional de Atacama, Héctor Mella, aseguró ayer que tomó la decisión de «no perseverar en la investigación» del accidente que atrapó a los 33 mineros debido a que no contaban con los antecedentes suficientes para llevar la causa a la fase de formalización de cargos.

Explicó que requirió informes de unidades especializadas de la PDI, testimonios, declaraciones de los afectados, del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), así como un sumario administrativo de la Contraloría General de la República sobre las presuntas responsabilidades administrativas de funcionarios de Sernageomin, de la seremi de Salud, de la Dirección del Trabajo y «en todos ellos, los resultados fueron insuficientes como para avanzar en una formulación de cargos que permitiera seriamente avanzar hacia una acusación».

Respecto de las críticas de los mineros por abandonar el caso dijo: «Se hizo todo lo que se podía hacer con los organismos técnicos. Uno siempre quisiera tener más elementos y antecedentes».