Un recurso de reposición que revise el procedimiento presentó la Clínica Alemana de Santiago ante la Superintendencia de Salud, luego de que fuera rechazada la acreditación del recinto en calidad y seguridad de atención.

La clínica fue la primera del país en obtener la certificación, a fines de 2010. Este año, sin embargo, la solicitud de renovación de la certificación, para el período 2013 a 2016, no fue aceptada.

“Ellos se sometieron al proceso y salió una resolución desde la Intendencia de Prestadores informando que no acreditaron. La clínica presentó un recurso de reposición que está en proceso”, añadió la superintendenta de Salud (S), Liliana Escobar.

Según explicó Escobar, el centro de salud entregó un informe de objeciones. “Tenemos que revisar la documentación y los argumentos que exponen, y con esos antecedentes, previa evaluación de la información de la entidad acreditadora, vamos a resolver”, sostuvo.

Por su parte, la Clínica Alemana informó que, además de la impugnación al resultado, se solicitó una investigación sumarial al proceso de acreditación. “La entidad acreditadora que nos fue asignada para evaluar el proceso de reacreditación emitió un informe que no representa la realidad objetiva y los niveles de calidad de nuestra institución”, aclaró la entidad en un comunicado, en el que sostiene que el recinto está certificado por la Joint Commission International (JCI), “institución que ha acreditado y reacreditado a más de 450 hospitales de alta complejidad en más de 50 países”.

Certificación voluntaria

La acreditación de calidad de los centros de salud es hoy un proceso voluntario, pero que será exigido desde julio de 2014 a los recintos públicos y privados que atiendan alguna de las 24 prestaciones Auge más complejas, como cánceres y cirugías. Así, para que un hospital o clínica se certifique, tiene que acreditar, al menos, 30 estándares “críticos” de atención y gestión, referidos a nueve ámbitos (ver recuadros).

En el país hay 53 centros de salud certificados en calidad. De ellos, cinco son hospitales públicos, 14 clínicas privadas, y el resto, hospitales clínicos, mutuales y centros médicos.

“Lograr la acreditación es complejo y mantenerla puede serlo aún más. La exigencia y credibilidad del instrumento obligan a mantener una cultura de calidad”, dice Manuel Inostroza, académico de la U. Andrés Bello.