El teletrabajo y las labores a distancia están normadas en nuestro país por el Código del Trabajo. En 2020 se aprobó una nueva ley al respecto, luego de que numerosas empresas y organizaciones debieran comenzar a funcionar bajo esa modalidad de forma repentina, por la pandemia de coronavirus.

En la ley se listan numerosos beneficios y obligaciones para los funcionarios y los empleadores, entre las que destaca el derecho a desconexión.

De acuerdo a la legislación, los trabajadores remotos tienen derecho a un mínimo de 12 horas continuas de desconexión por cada 24 horas, en que no deben responder correos ni llamadas, y tampoco pueden recibir solicitudes de las jefaturas.

La desconexión también aplica durante los permisos, días libres y el período de vacaciones.

Lamentablemente, esto no siempre es respetado, lo que motivó a la Dirección del Trabajo (DT) a remarcar el tema por medio de un nuevo dictamen, donde se recuerda que “los derechos establecidos por las leyes laborales son irrenunciables, mientras subsista el contrato de trabajo”.

“No resulta ajustado a derecho que los trabajadores remitan correos durante el tiempo de desconexión, con el objetivo de dar cumplimiento a las obligaciones propias de la prestación de servicios, considerando el carácter irrenunciable de este derecho”, afirma la institución fiscalizadora, según informa BioBioChile.

Desconexión es vital para el bienestar de los trabajadores

El derecho a desconexión es más que un deber laboral, pues las personas que trabajan desde su hogar también necesitan descansar y llevar un balance entre sus responsabilidades y su vida personal, como todos los trabajadores.

Así lo indica Miguel Iturra, psicólogo y subgerente de Factores Psicosociales del Instituto de Seguridad del Trabajo (IST), quien sostiene que es importante tomar las medidas necesarias para garantizar el bienestar cuando el teletrabajo es permanente.

“Hay que distinguir el teletrabajo o trabajo a distancia usual a lo que ha sido el trabajo remoto en situación de pandemia. Cuando hablamos de teletrabajo, se trata de un tipo de contrato que está regulado y normado, y para poder realizarlo se requieren ciertas condiciones básicas, tanto de uno como trabajador como por parte de la empresa, que tiene que facilitar ciertas condiciones para poder implementarlo”, explica.

Y añade que “las obligaciones del empleador tienen que ver con que las personas en teletrabajo estén en condiciones ergonómicas y psicosociales favorables. Lo importante es que, más allá de las obligaciones, los empleadores puedan facilitar las instancias para que el teletrabajo se dé de la mejor manera posible.”

Para ello, es ideal «establecer un clima de confianza con los trabajadores, en que las tareas se realicen sin tener que incurrir en prácticas de supervisión y control excesivas que sean un desgaste para las personas.”

Asimismo, destaca que es vital que las organizaciones vean el tema con los líderes y supervisores, porque a veces se da que la estructura de la institución permite que ocurran situaciones que no estaban originalmente pactadas en el contrato.

“Promover espacios de confianza, en los cuales los trabajadores puedan plantearle inquietudes a sus jefaturas y supervisores directos, escucharlas y también hacerse cargo, es fundamental”, apunta el experto.

Bienestar durante el teletrabajo: ¿cómo saber si es hora de pedir ayuda psicológica?

Por otra parte, igualmente se pueden dar situaciones en que las jefaturas no realizan solicitudes fuera de horario, pero al propio trabajador le cuesta desconectarse y relajarse tras el término de su jornada.

Esto le puede ocurrir con frecuencia, por ejemplo, a quienes trabajan por proyecto y/o con horario flexible. Como no tienen que cumplir con horas fijas a diario, recae sobre ellos el definir un esquema de trabajo.

En estos casos, “estructurarlo en el día a día cuesta un poco. Ahí hay que tratar de generar esa estructura, con metas y tareas, para poder hacerlas en el día a día”, sugiere Miguel Iturra.

El subgerente de Factores Psicosociales del IST acota que “sabiendo que va a ser a largo plazo, la recomendación es tener un espacio separado donde poder trabajar y que sea ergonómico (…) Que el lugar sea distinto (al dormitorio), poder acomodarlo a la realidad propia, que te dé gusto estar en ese sitio, que puedas personalizarlo, pero también cuidando las condiciones ergonómicas.”

“Establecer cuáles son los horarios en los que voy a trabajar, cuándo comienzan mis labores, a qué hora hago ciertas pausas, horario de almuerzo y de finalización de la jornada. Todo esto entendido, además, en que el teletrabajo ocurre en una relación laboral con la organización, en la cual las funciones se deben organizar de acuerdo a la naturaleza propia del área”, añade.

Sin embargo, en ocasiones se puede llegar a requerir asistencia de un profesional en salud mental para superar una situación de estrés derivada del teletrabajo. ¿Cómo podemos saber si hemos alcanzado ese punto?

Al respecto, el psicólogo describe que “ciertos niveles de estrés son normales, es esperable. No obstante, si esos niveles de tensión día a día son muy elevados, lo vamos a sentir en nuestro cuerpo y en nuestras conductas, como problemas para dormir, sensación de cansancio, agotamiento, dolores en ciertas partes del cuerpo (dolor de cabeza, etc.).”

“Cuando (ese estrés) comienza a interrumpir mis actividades normales, o también hay situaciones conductuales, si eso afecta a mi vida personal, se puede decir que quizás es momento de consultar con un profesional del área, especialmente si ese agotamiento va acompañado de otras cosas. Por ejemplo, puede estar acompañado de desgaste profesional, de sentir que lo que hago ya no tiene sentido, no sirve, o no estoy aprendiendo cosas, o me deja de importar. Eso está descrito como síndrome de desgaste profesional.”

Si sientes que una situación te sobrepasa, no dudes en pedir ayuda a un profesional de salud mental.

Por otra parte, en esta guía puedes revisar algunas recomendaciones ergonómicas determinadas por expertos del IST para mantener una buena salud física durante el teletrabajo.

Fuente: Biobiochile.cl