La medida afectará a las personas que están en los tramos C y D y así las autoridades abren el camino hacia un fondo universal de salud.
En su primera cuenta pública -el pasado 1 de junio- el Presidente Gabriel Boric anunció una reforma estructural a la salud a través de la presentación de un proyecto de ley que creará un Fondo Universal. De hecho, uno de los coordinadores programáticos del plan de gobierno, el cientista político Matías Goyenechea, señaló a La Tercera a finales del año pasado que los primeros meses de gobierno se empezarían a ver los cambios.
“En los primeros 100 días hemos planteado avanzar en gratuidad de algunas prestaciones en la red pública. La idea es ir eliminando de manera muy progresiva algunos copagos en prestaciones y en medicamentos prioritarios”, anunciaba Goyenechea.
A 138 días de que asumiera la nueva administración, se oficializarán los primeros pasos. Este miércoles el mandatario hará un anuncio que “fortalecerá la salud pública”, según revelan los que conocen la materia. Desde el Hospital Félix Bulnes, el Presidente Boric y diversas autoridades de salud informarán que se termina el copago institucional de beneficiarios Fonasa, lo que abre el camino hacia el Fondo Universal de Salud.
Así también lo adelanta la invitación enviada a senadores y diputados que integran las comisiones de salud, así como a exautoridades de gobierno e integrantes de los gremios relacionados: se “harán anuncios importantes”, dice.
Para trabajar en la puesta en escena, autoridades de salud como el subsecretario de Salud Pública, Cristóbal Cuadrado, y el jefe de asesores de la cartera sanitaria, Jaime Peña, asistieron este lunes a La Moneda, donde también llegó el equipo de comunicaciones del ministerio.
De acuerdo a diversas fuentes de gobierno, la instancia tiene como objetivo comunicar los cambios en Fonasa, para así abrir paso a un sistema universal. En ese escenario, uno de los cambios más importante será el fin del copago institucional, es decir, el costo que pagan los beneficiarios por las prestaciones médicas que se otorgan en los establecimientos públicos que conforman la red asistencial.
Actualmente, quienes están en los tramos C y D de Fonasa deben pagar por una atención 10% y 20% del valor, respectivamente, pues el resto lo costea la institución. El objetivo de las autoridades es que el Estado pague el 100% de las prestaciones, beneficiando así a los seis millones de personas que se encuentran en estos tramos y que tienen un ingreso imponible mensual desde los $ 380.000.
A principios de junio, la ministra Begoña Yarza ya había hecho un adelanto del cambio: “Esta es una tremenda noticia que beneficia a más de seis millones de personas en nuestro país y que apunta a algo que para todos nosotros es muy relevante, que es el gasto de bolsillo y liberar el acceso a la atención secundaria y terciaria, este también es un paso que apunta al sueño de un sistema universal en donde no existan barreras para acceder a la atención de salud”.
Algunos expertos que conocen el funcionamiento de los copagos advierten que eliminar el cobro a los beneficiarios C y D constituye un cambio mínimo y que el anuncio tendría un objetivo “más político que práctico”. En esa misma línea, señalan que el costo para Fonasa tendría un impacto mínimo en sus arcas.
“El problema de las personas de Fonasa no está en el pago, sino que está en el acceso a la salud. En la práctica, ese cambio no hace casi ninguna diferencia en la salud pública. La gente paga un 10% o 20% sobre un arancel que es muy bajo. Entonces, no impactaría en el presupuesto de Fonasa y tampoco solucionaría nada”, comenta un cercano a la administración de salud.
Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello y quien también fue superintendente de Salud, añade que “las personas de los grupos C y D que utilizan la atención institucional es muy poca. La mayoría utiliza la Modalidad de Libre Elección, fundamentalmente porque la atención institucional está copada. Además, en muchos casos los copagos no son cobrados, entonces en términos de gasto el impacto es marginal y el impacto sobre las personas es aún más marginal, porque la gente no utiliza este tipo de atención”.
En 2019, el copago de Fonasa para estas prestaciones fue de un 20% del total de los ingresos de la operación de los servicios de salud, es decir, casi $ 20 mil millones de un total de $ 99 mil millones.
Para el senador e integrante de la Comisión de Salud Juan Luis Castro este cambio es positivo y encamina a Chile a un sistema más justo: “La eliminación de los copagos, es decir, el pago de los grupos C y D de Fonasa, constituye un paso decisivo para la gratuidad en la salud para las personas de menos recursos. En esos tramos hay personas que ganan entre 350 mil pesos y 600 mil pesos y que pagan entre 10% y 20% de las prestaciones. Este es un salto de igualdad y de justicia para las personas que están en Fonasa, pero no alcanzan la gratuidad en el esquema de hoy”.
Fuente: La Tercera